viernes, febrero 23, 2018

¿Estarás mejor sin mí?


Claro que ahora que no estás lamento tu partida,

Y claro que no es lo mismo despertar con la ausencia de ti en cada lugar y situación constante. Pero es justo decir que todos esos días que te negué, que te deje de lado, son causa ahora de mi presente. Es verdad que las palabras que no dije, ahora están limitadas al hubiera hecho, lo hubiera hecho mejor. Estas lejos ya de mis pasos, mis manos y mis días complicados. Estas lejos de mis latidos acompasados, lejos de mis malos tratos, porque seamos sinceros, no todos los días fui como la soledad me dice que fui, ni todos los días salió el sol como debería.

Podría escribir lo mucho de ti que fui y lo mucho que no soy de nada ahora, pero acaso ¿No lo sabia de antemano cada día que debía haberte ganado? ¿No debería saberlo de antemano cada día que me empecine en alejarte de aquello que te enamoro por principio de cuentas?   

Acaso ¿Estarás mejor sola que conmigo?acaso, ¿Estoy más cuerdo y más centrado ahora que lo he comprendido?. Porque hasta en los adioses se recompone algo, porque hasta en las despedidas se encuentra lo que no se buscaba, para empezar.

Quizás es que el esfuerzo de tenerte fue tan grande, equiparable al esfuerzo de perderte. Vivo las dos caras de la moneda antes de ti después de ti,porque ¿Quien no piensa que cualquier tiempo pasado fue mejor y aquel vino fue excelso primordial y único?

Mejor un poeta con el corazón roto, mendigando a la madrugada un poco de paz, que un aburrido viejo que se descompone al lado de algo que no supo conocer.

Mejor un adiós amargo que dure para siempre que un té quiero insípido que se apague con el café insensible de la cotidiana mañana.


armando_vega@icloud.com


 

sábado, febrero 17, 2018

Un contundente golpe de realidad


Se dice que hay que ser muy valiente para no temerle a casi nada, excepto a los pendejos, porque son legión.

Siempre algún idiota ha sido la causa de mis más terribles accidentes, ya sea el pendejo que revisando sus mensajes en un teléfono me impactó por detrás en un taxi cuando regresaba de Acapulco o los idiotas que se pasaron el alto en una calle paralela a Insurgentes con los cuales me impacte muy fuertemente y que además me culparon de su estupidez.  

Aunque conozco muchos que son absolutamente profesionales en su labor diaria,en realidad son una minoría considerable, ya que una marabunta abrumadora de estupidos ocupa la mayoría de los puestos de trabajo en general y son todos aquellos que nos ofrecen los servicios diarios que hacen funcionar este mecanismo social.

Una vez más soy víctima de las causas y azares de las terribles coincidencias, de los caminos cruzados, siendo una vez más la carta perdedora, la mía y como siempre, soy una víctima más de los pendejos, esos que tienen prisa, esos que tienen tantas ganas de llegar a ningún lado, que actúan primero y piensan después. 

Ya es de miedo realmente ir a buscar algún servicio, sabiendo que por la rueda de probabilidad me tocara un reverendo idiota que hace mal su trabajo y que me dará más corajes que satisfacciones su mala elección de vocación de vida.

Ya es de miedo salir a la calle donde todos los estupidos están manejando y revisando sus teléfonos y redes sociales, donde lo primordial sería que se murieran solos, pero desgraciadamente esa bola de ineptos se llevan entre las patas al que tenga la mala suerte de cruzarce en su camino.

Una vez más convaleciente, sin poder caminar por mínimo seis semanas, víctima de un pendejo que por su prisa de vivir me condena a tener que tomar medicamentos a iniciar mi día  con un dolor terrible y sin poder moverme con libertad.

Vamos en camino a la extinción más terrible de todas las que se ha tenido conocimiento, causa y efecto de la estupidez humana  y no hay más que aplaudir a estos safios que es lo único bueno que está sociedad a logrado,su autodestrucción con cuenta regresiva. Cuentan con mi infinita gratitud cuando esto acontezca.

Aunque escribí esto el 20 de Enero, día que sucedió tan inesperado accidente que aún me tiene limitado de mis movimientos y aún con mucho dolor en la espalda consecuencia del golpe brutal y contundente sobre mi persona  que ocasionó que tuviera 5 vértebras fracturadas, es el enojo y el coraje el que me obligó a escribir tales reclamos.

Ya con la mente fría, debo decir que las muestras de afecto y compasión por las personas que me rodaban, peatones circunstanciales, que como en toda eventualidad catastrófica  muestran su lado más humano, ese lado benévolo que crea pensamientos encontrados en mi rencor contra la especie humana por diferentes muestras de inconsciencia social.

 Hay gente que es altruista, entregada, honesta, servicial buena de verdad. Quisiera creer que son los más, quisiera creer que son todos, quisiera creer que aún hay un atisbo de esperanza, de una luz que nos convoque a ser lo que realmente somos, seres pensantes con una inteligencia que es capaz en unidad de lograr más que estando separados, que es más siempre y cuando el individuo quiera menos para sí mismo en pro de más para los demás.

Hoy mi mente es más tranquila, he logrado un escalafón más alto conforme mi pensamiento sobre la humanidad, tengo más compasión, me siento más en concordancia con el dolor ajeno entiendo que sufrir de un evento del cual no tienes control desequilibra tu vida absolutamente y te somete a reflexionar lo que será de ti a partir de hoy.

He dejado de estar enojado con la estupidez circundante, y estoy en paz con lo sucedido. Agradezco esa manera de la vida de despertarme a un nuevo estadio de conciencia. 


armando_vega@icloud.com

jueves, febrero 15, 2018

La sabiduría y el valor


Se necesita mucho valor para salir y cambiar lo que la gente crea de ti, para mostrarte único y maravilloso que naciste, luchar contra viento marea por posicionarte en el pedestal de los ganadores, ser lo que por derecho te corresponde ser. El valor no requiere sabiduría.
Se requiere sabiduría para saber que aún la piedra inerte o la mosca más pequeña ocupan su perfecto lugar y espacio, que la belleza y la fealdad están dentro de los prejuicios del observador.
Ser lo que eres, sin ostento ni presunción, porque simplemente ser, ya es un milagro digno de admiración. La sabiduría no precisa valor 

armando_vega@icloud.com

martes, febrero 06, 2018

Lleno de todo, a veces

Antes en medio de todos me sabía solo, hoy en soledad me se lleno de mí mismo. 
Porque no es lo mismo sentirse acompañado qué realmente estar en compañía.
A veces soy un grito en el silencio que nadie escuchó,otras soy un secreto que nadie sabrá interpretar.
Yo solo se que la ausencia no siempre es soledad,ni la soledad es siempre la falta de lo que uno necesita.
armando_vega@icloud.com