El mundo esta diseñado actualmente para engañarte, para
hacerte tomar decisiones no concientizadas
y de esa manera hagas ganar mucho dinero a quien te logre meter tal
embuste justo delante de tus narices.
Hay gente que le gusta que le engañes y no solo le gusta, lo
disfruta, porque siente que pagando más, es más y siente que teniendo una
posición más alta que los demás, incrementa su estatus de vida o algo así,
cosas que yo no entiendo muy bien, aun después de haberlo investigado.
Cuentan que las ventas de la pasta de dientes Colgate estaban
estancadas y que un publicista ofreció una forma de incrementar la venta del
producto en un 500% la idea genial no era más publicidad o artimañas de venta,
la solución era hacer que cada que aprietes el tubo dentífrico, el diseño de
este, te obligara a desperdiciar la mayor parte del producto, haciéndote gastar
mucho más pasta de dientes de la que realmente necesitas, esa misma estrategia
de robarte se utiliza en perfumes, cremas varias y esas espumas para afeitarte,
que realmente necesitas muy poco pero siempre te obliga a obtener más de lo que
realmente querías.
Este modelo de desperdicio o de obsolescencia programada es
sabido por la sociedad y es aceptado, gracias al lavado de cerebro que nos
ofrecen los noticieros, las telenovelas, series y toda esa cultura de
desperdicio que nos rodea.
Es increíble que el diseño del olor a nuevo es uno de los
condicionantes conductuales que obligan a los monos sapiens a comprar un auto
nuevo cada año, si cuenta con los medios económicos o si es político corrupto y
a sentirse deprimidos o sin valor si no tienen uno nuevo también. Aunque esto
beneficie a las empresas de autos, esta en decremento de la psicología humana y
el espíritu humano.
Las cosas por las cuales trabajas tan duro y las cosas por las
cuales te sientes frustrado si no las obtienes y un poco feliz cuando las
tienes, están diseñadas para engañarte, por ejemplo la tecnología del iphone
existe, hasta el iphone 10, pero desde el inicio del primero, es decir que en
el tiempo que salió el primer teléfono, ya se tenía la tecnología para ponerle
mejor resolución a la pantalla, una memoria muchos más alta, una cámara casi
como las que tiene ahora mismo el más reciente modelo. Pero el modelo
mercadológico es darte pedazos de tecnología cada año, con el fin de que gastes
y te canses del modelo actual, por considerarlo pasado de moda o sin las
capacidades que el mismo teléfono está programado para dejar de efectuar
correctamente con el uso cotidiano.
Robarte aunque sea consensado siempre será un robo, lo que
hace el mercado global de comercio, apoyando este robo descarado, es cómplice
de chingarte y por lo tanto culpable de un acto bajo y vil y por el cual nadie
está en la cárcel y ni siquiera es mal visto, es mas no hay siquiera una
legislación para esta estafa que marca la totalidad de venta de productos y
servicios.
Cuando salieron las primeras medias de nylon, la publicidad
las vendía tan resistentes que podías mover un par de autos atando una media
entre ellos y la media ni siquiera se deformaba o rompía, tuvieron que usar
muchas horas para poderlas hacer menos resistentes y más desechables, con el
fin de fortalecer el mercado y la economía. Caso mismo sucedió con las bombillas de filamentos
de carbón, llamadas focos, Édison tuvo que rediseñarlas, con el fin de que
funcionaran solo un determinado número de horas, porque las primeras duraban
indeterminadamente.
Una vez más la codicia humana y el deseo de más y más, esa
enfermedad codiciosa que afecta el espíritu humano, afecta la manera en que el
mundo se está transformando, afecta la manera en que países del tercer mundo se
están yendo a la chingada y afecta la manera en que el valor de tu trabajo
diario está siendo absorbido, por tus deseos de cosas que no necesitas y que
realmente no te hacen falta.