Siempre dar el
primer paso en una meta puesta a largo plazo es un gran paso, porque el camino
se ve largo y difícil, lleno de sacrificios, de obstáculos y tras pies, que
harán de ese viaje algo más complicado que la meta misma por conseguir.
Se necesita tesón y
esmero, corazón diría yo, y después una disciplina férrea que conjunto a una
convicción plena nos conduzcan a la conclusión de un ideal, que por más banal
que parezca,siempre que se llegue a la meta deseada dará una grata sonrisa de satisfacción.
Pero ¿que queda
después de observada la cima en su punto más alto? queda un vacío, una
satisfacción si, pero queda esa pregunta redundante, eso es todo. ¿Qué sigue? Y
ahora a donde iré, ¿será que la cima es todo lo más alto que se puede escalar?
Cuando has
conquistado todo el mundo y no hay más batallas por ganar, ni más excursiones
por hacer, viene la desilusión.
Esa mujer que nunca
pudiste conquistar, ese auto que nunca pudiste tener, ese viaje imposible que
no lograste consolidar, siempre serán más misteriosos y llenos de atractivos,
que los que conseguiste tener y poseer.
Hace poco me llamó
la atención el relato de la cantante de pop Japonés Yukiko Okada,una mujer con
mucho talento, que luchó con ahínco por lograr posicionarse en lo más alto del
mundo del entretenimiento musical imponiendo su sueño incluso a su muy conservadora
familia, y con la fuerza de su convicción, lograr lo que pocas cantantes pop
pueden conseguir, un lugar en las listas de éxitos a nivel internacional.
Su suicidio y
trágico final, resultó en la muerte de muchos adolescentes, que con ella como
ejemplo, tomaron la misma decisión, tal vez como una forma de rendirle culto a
la persona que más admiraban.
¿Será acaso que en
la soledad del éxito, de los aplausos y de la fama, surja la sombra de la
depresión y la tristeza, de aquel que conquistándolo todo no tiene más metas
por conseguir, más sueños por alcanzar? y si, suena a la recurrente anécdota de
la tamalera que no quiere vender todos sus tamales a un solo cliente, porque si
no ¿después que venderá?. Es decir, que el objeto del deseo se convierte en la
meta en sí misma, y no así la conclusión de este sueño.
Recuerdo que cuando
escuche por primera vez la canción de black bird de los Beatles, mis dedos
torpes la practicaban día y noche sin poder tener una coherencia mínima para
poder ejecutarla con la gracia y belleza que se merece la canción. Cuando la
pude tocar con los ojos cerrados, aún me sigue pareciendo una melodía
entrañable y hermosa pero muy simple, que incluso recomendaba como ejercicio
para mis viejos alumnos de guitarra. Pero en mis delirios de alcanzar la
perfección interpretativa, decía para mis adentros, cuando la toque con
destreza y soltura, en ese momento sabré que soy un gran guitarrista, y bueno,
pues ya la toco con destreza y soltura y aún distó mucho de ser un gran
guitarrista en mi particular punto de vista.
Cuando ese accidente
sorpresivo (ya relatado en este diario) a principios de este año me dejo sin
movilidad y con dolores terribles, uno de los efectos secundarios fue la
retracción de mis ligamentos,lo que ocasionó que perdiera de súbito toda la
flexibilidad que había conseguido con años de entrenamiento, sudor y lágrimas,
y según a palabras de mi fisioterapeuta, sería muy difícil si no imposible
poder volver tener el nivel que había alcanzado hasta ese momento. Y aunque es
claro que ya no tenía la flexibilidad, que si era sorprendente cuando tenía 18
años, pero con los años fue mermando, me propuse llegar a ese nivel nuevamente,
con la única razón de que se pintaba imposible, lo que le daba más reto,
incluso más que cuando pudiéndolo lograr no lo consideraba como algo concreto
ni prioritario. Después de 8 meses, mucha paciencia y soportar dolor como no
había experimentado en esa etapa de preparación anterior hace una semana logre sobrepasar la barrera
de 5 centímetros que me separaban del suelo y que fueron por 4 meses un escaño
imposible, que muchas de las veces considere dejar de intentar por resultarme
infranqueable. Y una vez más logrado el objetivo, las cosas no parecen tan
diferentes ni importantes ya en esa posición queda la pregunta ¿tanto trabajo
para esto? Y creo las personas que lo han contemplado también no les parece la
gran cosa, como si cualquiera lo pudiera conseguir o fuera la cosa más natural
del mundo.
La fórmula de no
caer en ese error de la desilusión o la desgana del objetivo conseguido, es
disfrutar el viaje, como tantas veces se ha escuchado en la sabiduría popular,
lo importante no es el viaje si no el trayecto, pero yo creo aún más importante
es estar presente en cada dolor, en cada momento de vida, en las contingencias
que surgen mientras camino, y no en lo que consideró será la felicidad cuando
llegue al final del sendero.
Por eso, una mujer
que ilumina con su belleza el lugar a donde voy cotidianamente a nadar, me
parece muy hermosa en sus rasgos, su belleza natural y radiante, su cabellera
rubia y sus grandes ojos azules, y ella es como la dulcinea del Tobozo del
desiquilibrado don Quijote de la mancha, me inspira en mis poemas en mis
canciones que nunca sabrá que le dedico, porque ella no es mi meta, ni mi
objetivo de vida, solo es una ilusión fútil que ilumina mis fantasías, que
alimenta la hoguera de mi inspiración, que hace que mis canciones tengan más
color, y el recorrido cotidiano a ese lugar sea más brillante, solo por saber
que su presencia llenara con su grácil belleza todo el lugar. La construcción
de un amor imposible que nunca será amor, y la imposibilidad la pinto yo en mis
elucubradas entelequias. Eso crea un objetivo inalcanzable porque no quiere ser
alcanzado, una meta que está presente,pero que no es indispensable, la rueda
del hámster que hace que este corra solo por correr,sin sentido ni meta, pero
con todo el ahínco posible. Creo ahí está la solución de no caer en la apatía
del sueño realizado.
Como decía el
controvertido Arjona "dime que no, pero deja la puerta abierta" y es
que convencernos de que la meta alcanzada nos dará la dicha máxima o el placer
total es solo una ilusoria quimera, siendo que es solo la soledad de la montaña
en la cima más alta, y un trayecto insípido en el regreso, pensando en el
próximo reto a conseguir.
armando_vega@icloud.com