domingo, diciembre 12, 2021

Rezagos

 


A lo largo de nuestro caminar vamos adquiriendo experiencias que poco a poco se van incrustando en nuestra diaria rutina. A veces son manías, repeticiones obsesivas de momentos que deben de ser como las queremos o si no estamos incómodos. Me gusta observar las rutinas cotidianas de la gente, la hora que las abuelas se reúnen para ver la telenovela o el monólogo de los viejos ante el idiota de las noticias que no sabe nada y solo dice pendejadas.

Conforme la impronta cultural nos rodea, es más colorido ese desfile de vivencias que se dan a nuestro alrededor, y que según el tiempo que nos tocó vivir, lo guardas en tus recuerdos de una manera tal vez nostálgica, tal vez alegre, tal vez solo normal y casuístico.

Recordar a mi madre cantando las canciones que el radio transmitió con la alegría de un locutor muy carismático y divertido, en el momento de hacer la limpieza de la casa, las tardes de pájaros multiplicados en sus graznidos asentados en el árbol grande de la plaza, las nieves de guanábana de domingos paseando por el pequeño parque y los globos, las parejas románticas, los cafés a media luz, la venta de churros y el café de olla que dejaba un aroma exquisito.

A veces en días de fiesta se quitaban tendederos y las señoras salían con sus mejores vestidos y los caballeros con la camisa impoluta y bien planchada, el baile, la algarabía, el jolgorio y sobre todo ese arroz con mole y pollo.

Es difícil dejar todo eso atrás, por razones como la mía, de estar en otras costumbres, colores y amores. Y también habiendo otras razones lúgubres, más complejas, como la violencia que inunda y destroza un país que deja las calles solitarias, los negocios quebrados, las caras mudas y entristecidas.

Aquí en Europa la nostalgia de la guerra y la pos guerra es y fue más que dura, para un país de viejos que recuerdan con dolor y tristeza las hambrunas, y la reconstrucción. Ahora los niños que van creciendo recordarán estos tiempos de distanciamiento, de adivinar sonrisas entre mascarillas azules, de paros nacionales, de no poder salir, recordarán el confinamiento como un castigo disciplinario ante un virus que te puede contagiar.

Todos pasamos por un punto de inflexión que cambio totalmente nuestras vidas, ya sea una crisis inmobiliaria, la caída de un sistema corrupto de conteo de votos, el terremoto de México de 1985, las torres gemelas, la caída de la bolsa , la muerte de alguien a quien aun amamos o la moderna pandemia.

Cada uno de esos momentos difíciles han trasformado absolutamente nuestra realidad, y ya no volvimos a ser los mismos, aún queriendo pensar que todo con el tiempo pasaría y las cosas regresarían a su cause.

Con tanta experiencia en salir de nuestra acomodada realidad, deberíamos de dejar todo por seguro e inamovible. Deberíamos entender que todo nuestro mundo puede no ser el que recordemos mañana, que todo eso que ahora vemos normal, mañana puede dejar de estar ahí, que las rutinas son frágiles y que no tienen asegurado su futuro de ninguna manera.

Pero el cerebro, un órgano que busca la eficiencia por encima de la inteligencia nos manda la orden de ser complacientes ante modos de vida circulares.

Más de una vez he visto caer todo un mundo de columnas férreas que parecían inmutables, más de una vez he visto caer mi mundo a pedazos, será por eso que mis sueños, únicos refugio de mis apegos, se niegan a soltar esos días felices, esos momentos entrañables, que como una película en sepia son revividos noche tras noche, como no queriendo afrontar la verdad de que esos tiempo ya se fueron y nunca regresarán, ni aún queriendo.

Quisiera creer que después de esas hecatombes algo más puro y mejor será de nosotros, quiera decir que solo hay un momento importante y ese es el que está sucediendo ahora mismo, pero mis memorias, mis recuerdos, están como siempre en esas otras vidas, antes de aquella u otra crisis que nos dejó con la saliva seca y una confusión entre llorar o hacer algo, en busca de remediar el tremendo golpe que la vida asestó certeramente, otra vez.

 

jueves, diciembre 02, 2021

Conspiralocos

 


Me preocupa realmente como es que la información está llegando a las personas y como esté acceso a tan grandiosa cantidad de datos está cambiando las acciones de toda una sociedad, y no es para bien o para mejorar sus vidas, todo lo contrario.

La gente cree que sus gobiernos, sus religiones, sus médicos o incluso sus tenderos de la esquina conspiran contra ellos, con fines de poderío económico y control social.

La muy famosa novela de Dan Brown el código Da Vinci hablaba de una conspiración ancestral para ocultar la descendencia sagrada de la familia de Jesús de Nazaret, esto causó ríos de tinta y debates que terminaron en nada porque es un mito judio-Cristiano sin fuentes fidedignas donde todo es posible de tergiversar.

Sin embargo a pesar de que fue escrita como una novela de ficción, hay gente que un cree con convicción que eso sucedió realmente y que dentro de la Iglesia católica hay un encubrimiento maquinado por mentes perversas que tratan con todo su dinero y poder esconder la verdadera historia de un mito que ya de por sí resulta falso por donde se mire.

La gente se empecina en ver moros con trinchetes, oscuros planes de políticos maquiavélicos que ocultan sus verdaderas intenciones dentro de elaborados engaños.

Todo es divertido hasta que esas ideas locas empiezan a crear grupos que toman voz y partido. Cuando esas peligrosas ideas llegan a movimientos sociales que poco a poco se trasforman en hordas de fanáticos que tratan de defender su punto de vista, incluso con violencia, como los anti vacunas o los defensores de calentamiento global o ahora rebautizado como cambio climático.

Esas hordas de fanáticos le temen a los transgénicos, a las redes de comunicación como la 5G, las vacunas para el COVID, incluso los hay que dudan que realmente existan los pájaros, la nieve o que la tierra sea redonda.

¿Hay conspiraciones ocultas? ¿Realmente hay un plan para conquistar el mundo como pinky y cerebro? Desgraciadamente si lo hay, pero no como la gente cree o se imagina, y no está oculto, está a los ojos de todos, y sucede en plena luz sin necesidad de esconder nada.

Para empezar, el plan educativo escolarizado, fue diseñado para crear empleados o soldados obedientes. Todo lo que nos enseñan en la escuela está programado para hacernos files consumidores competitivos, aspiracionistas, en un mundo capitalista que requiere mano de obra barata. No es un secreto, hay miles de estudios y documentales que hablan abiertamente de la inutilidad de estos programas educativos para el beneficio humano y el correcto aprendizaje ¿hay gente que se levanta en armas contra esa forma de enseñar en las aulas? NO  

La esclavitud moderna es otro de los males que aquejan este mundo. Cuando se piensa en esclavitud siempre se cree que es cosa del pasado, de gringos, holandés, portugueses o inglés en el siglo XVIII traficando negros de África para vender en toda Europa y siglos después en América. Pero datos recientes declaran que hay más mano de obra en esclavitud , que cuando esa forma de economía tenía su auge. Y es, que solo se puede llegar a precios ridículamente bajos de las compañías chinas por medio de mano de obra gratuita o más bien esclava.

La ropa de temporada, los chocolates y el cacao, las bolsas de mujer de colección, las cafetaleras, la industria electrónica y sus teléfonos inteligentes todos y cada uno de ellos son partícipes de la esclavitud moderna, porque de alguna manera, hay ingredientes o materiales que son extraídos o sembrados por esclavos, desde los negocios oscuros de Corea del Norte para financiar su régimen, como los negocios de tráfico humano para diversos oscuros fines.

¿Hay una conspiración para ocultar dicha realidad? NO ¿hay marchas plantones o demostraciones públicas para impedirlo? Claro que no, porque en la guerra de precios bajos, creemos ser los ganadores, al tener cada día más y más cosas que comprar.

La obsolescencia programada es otra realidad a ojos vistos, que sucede y de la cual participamos todos aquellos que somos dueños de productos que se hacen obsoletos en 2 años o menos. Pero no se hacen inservibles, porque ya no son funcionales, si no simplemente porque la avalancha tecnológica es cada vez más avasalladora, ya que en un año, todo es aparentemente más rápido, más brillante y más de lux. Yo compré una Ipad 2 por ahí del año 2010 y me sirvió bastante bien, para crear música, para escribir, para ver vídeos y películas, todo estaba de maravilla hasta que sus propio sistema operativo ya no era compatible con nada, y la tecnología de mis cámaras o instrumentos musicales se quedaron afuera de su tecnología “vieja” me tomo 11 años reemplazarla, sin embargo aún es funcional y la sigo usando sin contratiempos y realmente la iPad Air que la sustituyo, no tiene un gran cambio tecnológico destacable que en esas 11 generaciones debería haber tenido.

Sin embargo gracias a ese modelo comercial de despilfarro tecnológico es que cada año tenemos nuevos modelos generacionales, que sólo cambian un color por aquí, un nombre rimbombante por allá, y nos hacen creer que tenemos lo último de la tecnología y que estamos dentro de un círculo de poder, éxito y riqueza democrática, cuando en realidad solo es el timo de vender más aprovechado nuestra ingenuidad y mala información, así como una muy manipulada idea de superación y aspiracionismo.

El loable ecologismo sectario que impone salvar a la madre tierra.

Actores mediáticos que gastan toda su fortuna y tiempo en tratar de hacer conciencia en las mentes dormidas, que no ven que el mundo está por acabarse y es irremediable, pero lo hacen desde los años 1800 y en casos más extremos desde el año 1000 cuando se vaticinaba el regreso de jesucristo super Star.

Se manipulan mentes débiles y primarias, que en su pobre concepto de vida intentan darle un sentido, siendo parte de un valiente grupo de revolucionarios que hagan de sus vidas un gran sacrificio en pos de un bien común, pero que en realidad solo es una pantomima que beneficia como siempre a grupos específicos, que como todos, solo buscan más dinero a costa de idiotas bien intencionados. Por eso no es una conspiración, ni está oculto que los partidos “Verdes o ecologistas” han sacado un beneficio exponencial ante tanta manifestación medioambiental. Y me pregunto ¿hay grupos de anti ecologistas anti cambio climático? Claro que no, por eso no los ves en las redes sociales como sus contrapartes. Seguro que encontramos negacionistas de lo que sucede en realidad, pero solo es gente con intereses económicos personales igual de nefastos que los que defienden a la madre tierra. Si hay grupos de científicos en centenas que negó que los cigarrillos son precursores del cáncer de pulmón, los hay también que niegan el impacto medioambiental de la depredación humana y eso deja claro todo ¡con dinero baila el perro! 

El suicidio como epidemia generacional.

Si hay algo que está sucediendo y sin dudas está fuera de control son los suicidios en personas jóvenes, siendo ya la primera causa de muerte en algunas ciudades en personas de entre 13 y 30 años. Cuando me puse a indagar en las razones de esta epidemia de muertes auto infringidas, sale a relucir un dato, y es que estas muertes coinciden con la aparición de las redes sociales. Es claro que la idealización del culto a la personalidad y la apariencia, genera casos y estrés en mentes débiles y muy influenciables, que al no entrar en  las nuevas realidades de belleza, éxito y felicidad eternas que esas redes ofertan, hacen nacer dentro de las personas una gran frustración, que unida a sus problemas cotidianos, crean la mezcla perfecta para desarrollar depresiones o enfermedades psico mentales y psico sociales de difícil tratamiento y diagnóstico. Al contrario de que los gobiernos o la sociedad en general estén tomando medidas ante esta avalancha de muertes sin sentido, cada vez más la sociedad normaliza estas conductas como situaciones generacionales y acomodos sociales de una tecnología que nos cayó encima sin siquiera darnos cuenta.

La nueva forma de control social no son los chips dentro de las vacunas, los cuales según sus locas teorías de conspiración son activados mediante las Torres de 5G, no, el verdadero control está más a la luz de lo que nadie puede o quiere ver y son nuestros metadatos. Todas esas elecciones que hacemos diariamente en las aplicaciones dentro de teléfonos, tabletas, relojes y televisores inteligentes son analizadas y mediante los algoritmos predictivos que  hacen un mapa muy exacto de lo que un ser humano podría desear a continuación, esa cantidad de información es tan peligrosa y tan valiosa, que ya vemos porque aplicaciones “gratuitas” como Facebook o whats App son tan cotizadas en la bolsa de valores o porque marcas como Google son tan redituables en base a los servicios sin aparente costo que ofrecen.

Actualmente nos auto regalamos en cada foto que subimos, en cada permiso que otorgamos, en cada geo posicionamiento que dejamos que los teléfonos nos hagan, vivimos en un mundo que la privacidad ya paso a segundo término en pos de estar más conectados y comunicados que nunca, pero tan bien más espiados por empresas, que no tienen las mejores intenciones y que si o si están en contubernio con los gobiernos, con intereses e intenciones no muy claras ni positivas que digamos.

En fin, el mundo está siendo controlado y guiado a un nuevo orden, pero no es en las sombras que se mueven esos diseñadores sociales, son tan astutos y cínicos que ya lo hacen delante de nuestras propias narices y con todo nuestro consentimiento, simplemente porque dejamos de ser críticos y dejamos de tomar decisiones concienzudas, por la decidida, por la pereza de querer pensar y por las mismas razones es que creemos lo primero que nos avientan en las redes sociales, como planes conspiranoides de secreto y experimentos en la sombra que no son tales, y ni siquiera se acercan a la realidad de una verdad que está más clara y en la luz de lo que queremos o podemos percibir.