La cantidad de
esfuerzo que se necesita para no hacer basura requiere un estudio y compromiso,
no sólo con el medio ambiente si no también
con nuestras costumbres y hábitos, por lo cual ser respetuosos y
consientes con nuestro hábitat, no sólo es un trabajo y empeño de una persona
inteligente y responsable, también es un esfuerzo y planificación muy elaborado
y arduo.
Es muy difícil ser
responsable, cuando toda la vida se nos ha mantenido en un ambiente de respeto
nulo, cuando se no ha mantenido dentro de un ambiente de negación de la
realidad con creencias mágicas o religiosas y cuentos históricos de héroes y
villanos que ni Disney podría inventarlos a un nivel tal fantástico.
Cuando comentó las
realidades sociales, políticas, psicológicas y religiosas que nos mantiene
absortos en una manipulación constante y que rige nuestros destinos, así como
las desiciones que creemos personales, resultan datos interesantes, pero no son
capaces de mover nuestra forma de actuar, simplemente porque comprometerse con
la realidad requiere esfuerzo, requiere trabajo, y un cambio de nuestras formas
de vivir, no para un rato, porque es un compromiso diario requiere compromiso y
disciplina.
Desgraciadamente en
un mundo sistemático y cómodo en el que nos ubicamos una muy afortunada
minoría, salir de nuestra esfera de comodidad es muy difícil. Estamos tan
acostumbrados a recibir lo fácil, que hemos olvidado lo que es vivir sin
electricidad, sin agua, sin servicios sanitarios básicos, y hay quien ni
siquiera se imagina un mundo fuera de lo que concibe como normalidad, al haber
nacido en la abundancia, el derroche y el consumismo banal.
Recuerdo las ratas
para experimentación que teníamos en los laboratorios de psicología, ellas
nacieron en cautiverio por lo que su realidad y percepción estaba en una caja de acrílico, si las
dejábamos en el piso, ellas no tenían idea de lo que era la distancia y
profundidad, por lo cual no saben que es la realidad que otras ratas que
nacieron libres aprecian y pueden vivenciar.
Es normal que la
gente en general entienda que es la corrupción de las instituciones, entienda
que el consumismo está acabando con el planeta, entienda que sus adicciones
pagan a todos los carteles de la droga y los problemas que eso acarrea. El
problema es que no hace nada, ni hará nada, porque no sabría qué hacer fuera de
un sistema corrupto, igual que las ratas en cautiverio, su realidad está dentro
de esa caja de estupidez y no puede
aunque quiera escapar de esa rueda de porqueria social.
He visto y escuchado
a muchos que como yo planteamos una realidad más abierta de la que se nos ha
mostrado y hemos aceptado por consenso, la mitad de lo que se afirman tiene
mucha razón, la otra mitad esa que habla de la liberación de la mente y la
claridad de la visión de lo que se percibe como vida no tiene un sustento,
basado en la realidad histórica de lo que la humanidad ha experimentado una y
otra vez.
La humanidad no sabe
qué hacer con su libertad, por qué como cualquier animal que haya nacido ciego,
no tiene idea de lo que la luz significa, ni le importa, y si nadie se lo
menciona es posible que nunca supiera siquiera que existe esa otra forma de percibir
la realidad. Así como las ratas que nacieron en cautiverio, al dejarlas en
libertad, sólo quedan a la deriva de sus pensamientos, engarrotadas,
idiotizadas y pérdidas.
Es posible que
muchos hagamos menos basura, que no compremos por vanidad ni por buscar la
felicidad, que no nos droguemos con estupefacientes o drogas sociales, que no
participemos de la corrupción institucional, aún así, vivimos dentro de un
sistema que en sus totalidad es corrupto esta sostenido en la ignorancia,el
consumo y la esclavitud. Y, que si llegáramos a salir de ese régimen, los pocos
que lo consigamos seriamos parias sociales y seguramente seriamos destrozados
por algún ejército o corporativo, que no le guste lo que los disidentes
logremos.
Creo firmemente que
hacer algo es mejor que no hacer nada, y no hay que desilusionarse al ver las
utopías tan fantásticas y tan lejanas de una posible realidad futura. Somos los
pocos que estamos buscando la construcción de una sociedad mejor un atisbo de
lo que será algún día la humanidad, si es que esta no se ahoga en su basura, ni
de destruye en una guerra nuclear.
Antes de buscar la
libertad deberíamos cuestionarnos ¿que haríamos si fuéramos realmente libres?
si estamos preparados para serlo, y ¿como esa libertad nos haría mejores seres
humanos?
La historia nos ha
enseñado que toda revolución ha sido fallida, que toda religión ha sido
fanatizada y transgiversada y que realmente ningún filósofo, economista o
pensador a logrado realmente una mejoría social. Entonces es momento de
inventar nuevas formas de pensamiento, nuevas formas de entender nuestra
naturaleza y lo que en realidad somos como individuos y luego como sociedad. Es
momento de encontrar nuevos caminos que no nos lleven de regreso a sistemas que
son redundantes y repetitivos en sus raíces.
Al no entender que
es la libertad ni que es el significado de vivir, deberíamos empezar por ahí,
buscando en la profundidad de la mente humana para saber qué es lo que nos
motiva, lo que nos genera la energía suficiente para ser exploradores,
soñadores, guerreros, inventores, descubridores y a su vez encontrar las claves para evolucionar en diferentes
formas de entendimiento sin la necesidad de la guerra, el odio, el racismo y el
egoísmo generalizado.
Desgraciadamente
todo conocimiento del ser humano se ha utilizado con fines de poder y
desarrollo personal por clubs y logias secretas que ven a los demás como
humanos desechables y la única información que comparten es la que ellos
manejan y otorgan según les convenga. Aún así, las verdades más sagradas están
dentro de nosotros mismos y solo es cuestión de aprender del silencio, la
soledad y la atención de momento presente para poderlas descubrir. Un
conocimiento intrínseco he innato que nos llevará a ser lo que nacimos para
ser.
