lunes, abril 22, 2019

Acoso sexual




El mexicano cree que tiene el derecho de expresar la opinión que le nace al ver un par de buenas nalgas y con su lenguaje tan bajo y vulgar emite sus piropos con donaire y desfachatez. Las mujeres tienen que soportar esta violencia verbal cotidiana en todo el mundo porque no es una particularidad de los mexicanos, es una forma masculina de expresión, pero no deja de ser una pasiva violencia, que podría ser el detonante de una violencia más grave, que termine en una violacion o un feminicidio. 
Yo, que conozco, porque todos conocemos a alguno de estos estúpidos envalentonados que dejan que su lengua suelte las palabras incluso antes de que su cerebro entienda que está haciendo, sé que como dice el dicho" perro que ladra no muerde" ya que conociéndolos muy de cerca a estos personajes sé que son eyaculadores precoces, que su desempeño sexual por más pasión que muestren en su piropos, solo tienen la destreza sexual de 3 a 5 minutos, por eso es que sus parejas (si es que llegan a tener) los engañan comúnmente o los abandonan por no llenar la expectativa deseada, y es que con sus 8 centímetros en erección, no entiendo cómo es que siguen buscando hacerse pasar por diestros y pasionales amantes exóticos latín lovers.
Siguen siendo como los perros nerviosos que ladran a la menos provocación, que corretean motocicletas y autos, pero cuando los alcanzan no tienen idea para que lo hicieron. Esto sería gracioso si no fuera porque ser mujer en México es un peligro de muerte, porque ser mujer en México es salir a la calle y recibir un sin fin de manifestaciones de admiración mal sana, si no es que son acosadas en el transporte colectivo o ya de plano secuestradas y violadas. 
Ante la ola de protestas por los asesinatos violaciones y secuestros, las mujeres se empoderan ante el derecho universal de vivir en paz y tranquilidad, cosa que un gobierno libre de corrupción debería brindar como su trabajo y obligación.
Pero el problema principal sigue siendo la desensibilización de los  mexicanos, esos hipócritas guadalupanos que son capaces de dar la vida por su madrecita y más aún si alguien ofende su memoria, pero no son capaces de frenar sus instintos animales ante mujeres que también son hijas, madres y hermanas de alguien más.
Qué terrible que se tenga que insinuar siquiera un toque de queda para mujeres pidiendo que para su protección no salgan después de las 10 de la noche. Que una mujer no tenga la libertad de vestirse como su albedrío le dicte, que no pueda abordar un Metro mixto porque es seguro que algún cobarde primate la acosara en la masa de gente. Que terror que una mujer tenga que estar monitorizada por sus seres queridos en todo momento para estar medió tranquilos de que llegara con bien a casa. 
Que terror de país en que una mujer tenga que exigir el derecho a transitar para ir libre de un lugar a otro, que tenga que abordar un taxi con terror de que ese chofer podría ser su asesino o tenga que cuidarse incluso su pareja sentimental porque pudiera ser aquel que termine con su vida.
Que terror de país para una mujer nacer en México.
Ojalá ese terror sea expuesto en todos sitios que ofrezcan una plataforma de expresión, que todos escuchen, que todos se enteren lo terrible que es ser mujer en México y que esa vergüenza nacional provoque un cambio radical que por fin cree la seguridad necesaria que cada humano merece por derecho humano.
Pero no sólo es la concepción mal sana y vulgar del ignorante marginal que te topas cada día en las calles de la ciudad. La raíz del problema también reside en la cultura popular y la cosificación de la mujer, se le da espacio y lugar como si fuera un objeto decorativo, un objeto de uso y desecho. Con la moda del reggeton y demás música popular y la forma como es expuesta la mujer, es normal que se tienda a pensar que la mujer es solo una máquina de placer creada para la satisfacción masculina. No es un secreto que la trata de personas sea uno de los negocios más lucrativos en el mundo, dejando más dinero en algunas naciones, inclusive más que la venta de drogas ilegales. La poca sensibilidad de ver un humano como una cosa que solo sirve para un rato, es la raíz del problema.
Es ahí cuando se da cuenta la sociedad que han descuidado una parte importante de la educación fundamental que es la ética y la filosofía. Se debe tener en cuenta en la educación básica como fomentar la inteligencia emocional, como fortalecer los valores cívicos y morales, no basados en cuentos religiosos, si no en verdades humanistas, éticas y filosóficas.
Cuando una sociedad ve que el único valor real es el del dinero, que compra voluntades y agacha cabezas, donde los lideres de las naciones son los que muestran con sus peores ejemplos cómo comprar una mujer para usarla en eventos sociales, como Angelica Ribera ex esposa de Peña Nieto o Melania Trump esposa de Donald Trump, es ahí que como humanos estamos más que jodidos en alcanzar una equidad de género y una respeto mínimo a la dignidad humana.