sábado, enero 09, 2021

justificando mi tiempo

 


Todo el día está compuesto por una serie de actividades que justifican nuestros segundos.

La mayoría sin mayor trascendencia que solo el acto mecánico de existir.

Con el tiempo estos actos se convierten en una rutina pasmosa que justifica la vida que tenemos.

Desde un sentido práctico, esa acción constante, le da motivo, energía y razón a despertar cada día.

Pues al no saber nada de la naturaleza de nuestra existencia, la mente tiende a llenar esos espacios incognoscibles con repeticiones mecánicas de actos intrascendentes.

El cerebro, el peor enemigo de la novedad, la aventura y las ganas de lo nuevo, se revela ante retos mayores, porque en su ahorro de consumo energético busca soluciones prácticas a problemas comunes, y que más práctico que la repetición mecánica.

Es por eso que hay quien repitiendo patrones se jubila de un trabajo constante y circular, y después de eso, muere, porque sin la causa primaria que hacía vivir al individuo, que caso tiene seguir viviendo. 

Hay quien en esa forma de vivir encuentra todas las respuestas que su mente requiere. No hay preguntas, no hay conflictos, como soldado obediente solo apuntas y disparas a quien se te ordene.

Hay quienes creen cargar el mundo en sus hombros, creyendo que su existencia es el centro de la vida. De esos a habido miles y cuando se dan cuenta que cuando ya no están, siempre alguien ocupará su lugar y lo hará incluso mejor.

Para justificar nuestra existencia podemos llenarla de actividades que busquen en su hacer encontrar un sentido a la vida, si eso te llena y te hace sentir vivo, ya lograste equilibrar las sustancias químicas de tu cerebro, y ese auto engaño te llevará a morir creyendo que viviste una buena vida.

Si vives a la sombra de los sueños de alguien más o bajo las órdenes de quién sabe más que tu, entiende más que tú o simplemente es un dios más grande que tu entendimiento, siempre quedará la responsabilidad en la conciencia de ese otro ya que te libra de culpa no haber sido lo que querías, si no lo que te dejaron ser.  

Cuando por alguna razón, una pandemia, una guerra o un fenómeno natural frene tu rueda rutinaria,  tal vez la inercia de tu "normalidad" se vea cimbrada y vislumbres un poco la esclavitud mental en la que te encuentras, sin mayor consecuencia que desear regresar a la línea gris de tu existencia.

Todo en realidad es un ciclo repetitivo sin mayor importancia. Destrucción y renacimiento, caos y orden, bueno y malo,todo es la serpiente que se devora así misma, el infinito que renace y muere para hacerlo eternamente.

Nada importa y todo muere, pues hacer todo lo que esté en tu mano para no sea así pero así es.

Esto es un nihilismo barato, un relativismo simplista un existencialismo negado, puede ser, pero que he de decir, solo estoy aquí tratando de justificar mi tiempo de vivir en este mundo inverosímil. 

 

armando_vega@icloud.com