miércoles, junio 22, 2005

Olas gigantes, azules como el mas real de los azules que un rey puede vestir nunca, como la mas azul de la mirada de esas muñecas que nunca tendré y con mas miedo que el que tiene el hombre ante la vida, con mas miedo que el que tiene el ser humano ante su propio reflejo. así es que observaba esas olas azules gigantes y majestuosas como solo las olas gigantes pueden ser, cada vez mas monstruosas, cada vez mas enormes, cada vez mas cercanas, cada vez mas amenazantes llegando hasta el azul del cielo tocando con su espuma las nubes, como una imponente pared de agua dejándome saber de ese aroma a sal, llenando todo el ambiente llenando de sal marina impregnando mi cuerpo impregnando mi miedo y haciendo oscurecer la luz del sol con su creciente figura en el horizonte, dándome la pauta para dar la espalda y huir ante tan dantesca escena. Cuando algo dentro de mí me hizo saber que todo era un sueño, que tenia el control de esa apocalíptica imagen del mar y como aquel galileo con fe le ordene al mar que se tranquilizara y por primera vez en años de atormentadas pesadillas el mar se sereno, dándome la entereza necesaria para saberme dueño de mis propios temores, dándome el conocimiento y el valor necesario de enfrentar mis mas oscuras emociones.
Espero saberme dueño del control de mi angustia la próxima vez que ellas vengan a mí, espero tener el coraje de saber enfrentar la próxima tormenta que atormente mis noches de dormir y soñar.

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