lunes, noviembre 01, 2004

Mis muertos

Cuando ella se fue una gran parte de mi vida misma se fue con ella, solo tenia ella 27 años y sabia o intuía desde niño que moriría yo muy joven, pero lo que no sabia era que moriría en partes, unas muertes fragmentadas, que desde su partida e sentido en cada andar, en cada despertar, sin ser mas yo sin ser mas ellos, que se llevan consigo tantos proyectos, tantos sueños, tantas promesas sin cumplir.
antes de su partida aun le deje una promesa que me pesa, por saber que no la cumpliré jamás, una promesa que me priva ahora de ser completo, que me deja con la impotencia de no saberme cierto, de saberme muerto a cada instante, que no la volveré a ver mas. un año después y en circunstancias muy a al favor de las causas y efectos me deja mi mayor y único ejemplo de mis años de infancia, curiosamente el soporte mas grande que ella tenia y que tanto lo necesito que se lo llevo un año después, siendo la única persona que estuvo hasta el final con ella y desde el principio con nosotros y que solo cuando parten es que me doy cuenta cuantas omisiones obvie por darle prioridad a cualquier otra cosa, mas que a las partes sustanciales de la vida, mis muertos me recuerdan a cada instante los días de muerte, de mi, que le obsequie y que con mis vivos sigo practicando.
Ahora lleno de inconclusas promesas es que me detengo a recordarlos para darles un rato de mi nostalgia, de mis recuerdos, de mis pesares por mis acciones no cumplidas. Mis muertos me recuerdan que e muerto yo en parte con cada una de sus partidas, mis muertos me miran con paciencia de saberme ahí mismo, de saberse solo adelantados un paso, pero no por mucho, ya que en esta vida que arrebata que de poco en poco, que de un pedazo día a día, me acerca cada vez mas a ser una promesa no cumplida, un abrazo no dado, una lagrima a la tierra, un puñado de amigos que se duelen de la partida y de un sin fin de cosas que se dejan por hacer, que la vida me acerca cada vez mas a ser solo un nombre mas, una historia mas de entre tantas historias que se quedan enterradas en ese pedazo de tierra que nos otorgue un buen día algún panteón vecino.
Mis muertos me recuerdan , que la vida esta para morirse y la muerte esta para días como hoy vivirla.

Armando Vega

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