lunes, agosto 29, 2005

Muchas veces he tenido estas recurrencias de la ansiedad a morir e dejar de ser, sé que todos pasaremos por ese proceso, pero es en momentos como hoy que tengo la ansiedad mas fuerte que otros días. No se si ponerme a reflexionar o filosofar por lo que dejaría, por dejar de ser, si algo o en algo e contribuido con ser con existir o con esta trascendencia de hechos que me rodean y que se acumulan en vivencias, en escritos, en tinta y papel que se acumula en las miles de cosas por ser, por vivir.
No tengo idea de las repercusiones que acarreara mi muerte, mi partir, en mi ámbito cotidiano. Seré parte de ese trafico que ocasionan las carrozas en su cortejo fúnebre por las calles de esta ciudad, con alguno que otro amigo y familiar detrás, con cara de tristeza, por lo que dejo, hizo o dejo de hacer en mi ya no existir, seré fuente de trabajo para sepultureros funerarias y demás menesteres que acarrean estos decesos, seré una estadística mas en algún libro que alguien leerá con desdén, aunque cada numerito de esas listas represente una historia tan particular que nunca o casi nunca conoceremos.
En días como hoy me siento con la ansiedad de algo que no sé cuando acontecerá, pero que me deja siempre pensando en canciones como la de Silvio “como sabrá la cerveza que el sepulturero se beberá cuando acabe de darme abrigo”
“Nacer es un dolor que la vida compensa” Cabral y por ultimo “diciembre no se hizo para morir” Ulloa.
Morir y nacer son factores que estarán viviendo alrededor de nosotros irremediablemente, pero que fascinante es la particularidad con que estas, están envueltas.

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