lunes, enero 14, 2019

Trabajando



Me es increíble que el sistema funcione, mal como lo hace, pero funciona, y me es increíble porque la mayoría de la gente es inepta e irresponsable. Aquí en Suiza donde me encuentro, el salario es  los más altos en Europa. La gente se alquila para hacer con su tiempo de producción dinero, y eso es normal, pero en mi experiencia, la mayoría hace lo posible por no trabajar o por hacer el menor esfuerzo en el mayor tiempo posible.
Todos andan buscando una forma de escapar de su responsabilidad, de delegarle su trabajo a otros, de poner la carga en el hombro ajeno con tal de no hacer la parte que les corresponde.
Y no los culpo, ni los critico por hacerlo, ya que es normal que uno odie lo que hace si solo lo hace por dinero y no por el amor de realizar una actividad que fortalezca no sólo su economía, si no el funcionamiento de la estructura social.
Es claro que cuando se te obliga a un horario a una actividad repetitiva y mecánica o a situaciones de alta demanda de fuerza bruta o atención, los niveles de estrés y disgusto se vuelven una calamidad cotidiana para el trabajador.
De la gente de la que puedo hablar y que son la inmensa mayoría que conocí, nadie daba su mejor esfuerzo en su trabajo diario, nadie estaba feliz de tener un puesto que le ofrecía un salario seguro, nadie quería ser el primero de decir yo lo hago, yo me ofrezco, yo propongo, yo doy. Es increíble que días anteriores de conseguir el trabajo hay una emoción, unas ganas de obtener la oportunidad de ser productivo, pero en cuanto se obtiene el puesto deseado, con los días, esa emoción disminuye hasta llegar a la apatía y el hastío.   
Es común escuchar decir a la gente: "otra vez es el pinche lunes" o la frase de alegría al decir: " por fin es viernes" y es que la gente no trabaja para vivir, generalmente vive para trabajar. Conocí mucha gente de Alemania y de España, que ganando el mínimo se veía obligada a tener hasta tres trabajos para poder pagará todas las cuentas a fin de mes, esto los obligaba a trabajar diariamente más de 16 horas, una esclavitud consensuada y acatada dócilmente, sin ninguna otra opción por delante.
Hay países que han puesto a prueba la renta obligatoria popular para cada ciudadano y esto significa darle a cada persona un sueldo de 2500 Euros incondicionales, es decir pagarte un salario por no hacer nada. El resultado de esto no es como los más pesimistas opinan que sería, un desajuste económico, una juerga sin fin de desempleo desorganizado, que crearía caos social y económico. La gente dentro de esta prestación experimental, empezó a realizar las actividades que realmente disfrutaba hacer, y con esto sus actividades se realizaban con amor, sin la preocupación y la presión de la producción, si no más bien con la idea de ser propositivo, creador, emprendedor y feliz. Increíblemente la producción y el producto interno bruto tuvieron un aumento significativo, porque la gente por primera vez estaba haciendo sus actividades por amor a lo que hacía y no por obligación.
Hay otros países donde solo se trabaja 3 días de la semana y los horarios son abiertos, no hay una tarjeta de entrada, ni capataces, no hay gerentes, ni espacios lúgubres y cerrados esto hace que las personas den el 100% en su actividad en los horarios que ellos mismos se imponen, no hay horas perdidas por gente irresponsable, hay compromiso con la empresa ya que la empresa se ha comprometido con ellos. 
El problema es que las empresas solo quieren ver a los empleados como objetos de uso y deshumanización, piezas intercambiables y desechables que solo sirven para dar y se les pueda restringir  en lo posible lo que reciben. Casos como las fábricas chinas donde la producción está por encima de los derechos humanos y lo que importa es sacar adelante a la nación en su conjunto, aunque el individuo muera en el intento de lograrlo. Casos como el de la esclavitud de mano de obra regalada o muy barata, con el fin de mantener a las empresas trasnacionales para que puedan ofrecer precios ínfimos en productos de igual ínfima calidad.
A los países en general les da miedo cambiar sus paradigmas, porque las cosas funcionan, muy mal pero funcionan, y se siguen en la inercia de la filosofía de que . El coste no sólo es económico, el coste es humano, la energía negativa que desencadena el ser tratado como un objeto, como un animal de carga, que solo mendiga un salario de miseria, tarde o temprano se les caerá de las manos a ese 1% de los millonarios que controlan ese insano juego económico.
Entonces a diferencia de juzgarlos por su ineptitud y su falta de ganas de trabajar en algo tan nefasto para la psique humana, los entiendo, y sé que es un castigo tener que cumplir por obligación cualquier actividad. Las opciones están en la mesa, hay oportunidades para hacer un ambiente laboral sano y equilibrado, hay las opciones para hacer partícipes a la mayoría de las riquezas que una empresa genera y tener beneficios igualitarios. Pero el miedo al cambio, el miedo a la felicidad de la gente, tiene que ver más con otros intereses que los propiamente económicos. 

armando_vega@icloud.com

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