sábado, diciembre 16, 2023

Sobre el dolor


 

Nacemos en medio de un estrés y un dolor extremo, según investigaciones médicas el dolor y el choque de adrenalina al nacer podría matar a una persona adulta de un infarto fulminante, si en proporción tuviera esa cantidad de estímulos en tan corto tiempo. 

Sin embrago ese dolor es el punto final en el desarrollo mental y de supervivencia del humano en formación, ya que sin esa cantidad de males que le están sucediendo al pobre infante no tendría las herramientas para vivir adecuadamente. 

Si hay algo que tiene preponderancia en el mundo desde que estamos aquí es buscar la forma de sentir menos dolor alejarlo de la manera más eficiente posible sin embargo el dolor está relacionado a la vida de una manera intrínseca.

Cuando se analizan los ríos de las grandes ciudades se dan cuenta que lo que más hay en los residuos que llegan ahí por el desazolvé son restos de medicamentos, la mayoría para mitigar el dolor o  restos de drogas recreativas.

La humanidad ha tenido que lidiar con el dolor de muchas formas pero también es una forma de vivir, cuando trabaje algunos días en un restaurante después de estar realizando esa  mecánica forma de hacer mi labor el dolor de la espalda y de los pies era increíble y me cuestioné porque carajos la gente se tiene que hacer algo así en pos de un bien económico cuando les comente a los compañeros de labor me decían con naturalidad que es algo con lo que se tiene que vivir que había días que llegaban con la espalda baja hinchada y los pies destrozados, pero con agua caliente y un café trataban de sobrellevarlo, algunos tomaban analgésicos como si fuera parte de su vida cotidiana.

Para desarrollar mi cuerpo y llevarlo a limites más allá de su propia naturaleza a sido necesario generarle dolor extremo y cada vez tratar de superar ese dolor con ánimos de transformarlo, no solo la parte física si no también la parte mental, una verdadera estupidez social con fines de sobresalir en esta oferta demanda de humanos comercializables. Pero esa es la realidad en cualquier deporte de alta competencia, solo basta ver esas competencias inhumanas que solo buscan entretener a personas que jamás realizaran ningún esfuerzo. 

Todo está forjado en el dolor, la sociedad está sustentada en el dolor, ni siquiera puedo imaginar el dolor de los campesinos esclavos de china o de corea del norte o de los campos de florida, no es secreto la cantidad de suicidios que se dan cuando Apple acelera la producción de sus productos obligando a los esclavos asiáticos a trabajar hasta la extenuación, solo para llegar a metas económicas que rompan sus propios récords.     

El dolor no es más que una alarma de que el sistema está en peligro, pero los médicos solo lo ven como la oportunidad para vender sus analgésicos y así enriquecer a la industria farmacéutica y a sus propios bolsillos, un ejemplo claro de esto es la crisis del fentanilo en América del norte donde las farmacéuticas aprovechándose de la crisis del dolor vendieron y recetaron opiáceos indiscriminadamente, creando un monstruo de consumo y adicción sin precedentes y su única solución es culpar a los narcos mexicanos, pero sin ir a la raíz verdadera de su problema que son sus oligarcas farmacéuticos.

Como vivimos en una realidad matemática el dolor es una forma de evolución es algo que te transforma que te mueve que te convierte en algo más de lo que eres o simplemente termina contigo. El dolor es un catalizador una base de la fórmula de vida que nos quita y nos da todo al mismo tiempo.

Y al ser matemático, como es que este mal se distribuye,  estoy seguro de que hay una correlación entre el placer obtenido en relación al dolor que se tiene que pagar, como si fuera una rueda de equilibrio que permanece en balance constantemente.

Toda mi vida he sufrido el dolor y toda mi vida he tenido placeres que se igualan entre lo que sufrí y lo que goce.

Todas esas personas que admiramos por sus logros deportivos o artísticos han vivido y soportado dolores que se equiparan al éxito obtenido que si bien los posiciona en lugares privilegiados de la sociedad también los mantiene en dolor y paranoia constante. Ni siquiera puedo imaginar el dolor de ser Miche Jackson o Luis Miguel, pobres personajes de la vida pública que han tenido que drogarse hasta la muerte para olvidar su propio dolor. 

Cada uno de nosotros vivimos con el dolor que esta correspondiente a la fortaleza interna que poseemos o que esas fórmulas matemáticas buscan que poseamos o transmitamos como medio de educación para terceros.

Trato de vivir en mi dolor, vivirlo como una meditación activa que me fortalece, que me otorga la oportunidad de agradecer estar vivo, y aunque cuando este dolor me sobre pasa quisiera que todo terminara, al levantarme otro día más buscando esa fortaleza escondida no puedo negarlo o tratar de quitarlo de la ecuación, porque dentro de mí, sé que es la escuela necesaria que me está educando de una manera por más difícil, pero por lo menos, irremediable.

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