domingo, diciembre 18, 2011

Recuerdo los días de la contingencia sanitaria, fue algo que tomo por sorpresa a muchos y fue bueno en muchos sentidos, por romper con rutinas de vida muy marcadas.
Mucha gente se sintió invadida en su espacio personal de ver al familiar en cuestión, rondando en casa, cuando es común y costumbre que a esas horas de ausencia permanezca fuera de vista.
Ese tiempo que se volvió eterno, donde al final no les quedo otra que enterarse de algo en la vida de sus familiares y sucedieron cosas interesantes en esos encuentros.
En el lugar donde acostumbro correr fue inusual ver familias jugando pelota en las áreas verdes, así como mucha gente que comúnmente no hace ejercicio entre semana, salió a caminar, dándose el tiempo de descubrir una nueva actividad a tan diferente hora y día que no sea domingo.
El mayor porcentaje de mexicanos sigue una rutina diaria muy parecida durante muchos años. Ya sabe dónde va comer a qué hora pasa su pesero, camión o transporte que lo ha de llevar y recoger.
Sabe los programas de televisión que vera en las noches antes de dormir y las quejas que recibirá al llegar, así será por muchos años hasta que muera o algo inesperado altere su rutina como el terremoto del 85 o la contingencia sanitaria.
Sabe que comprara en navidad, que películas vera el fin de semana, que pagos recibirá mensualmente. Así su vida se tornara en un perfecto y controlado engrane de la sociedad, necesario para que esta maquinaria siga trabajando en conjunto.
La capacidad de sorpresa se va perdiendo y cada cosa sabe igual, no hay chispa en ningún objeto, ni experiencia, la vida se torna gris, rutinaria, vacía, sosa, cosas como las telenovelas y el futbol pasan a ser la sal de la vida.
Ver una vida así es como ver un tigre, un águila o un león en cautiverio. El ser humano domesticado, manso, vacío sin más sueños que los que te venda la televisión, sin más aspiraciones que encontrar la felicidad en los logros de los hijos o las posesiones.
En esos días de contingencia vi a una sociedad temerosa de morir temerosa después de vivir.
Nadie sabe su potencial y vocación, realmente ni les importa ni preocupa. Solo quien sabe vivir puede morir realmente, solo quien sabe lo que es respirar profunda y correctamente sabe entender la vida, por lo tanto no le teme a la muerte y lo desconocido. Lo que rompe parámetros y rutinas es una oportunidad para demostrar tu valía, tu coraje, tu verdadera, sapiencia.
Los comerciantes de tus miedos son los que se hinchan de dinero cada día. Cualquier superstición mágica triunfa por ti y tus ganas de controlar tu vida y destino, llámense religiones, horóscopos, sectas,etc.
Cualquier industria que vea en tus miedos su negocio, vivirá de ti, te manipulara y alentara ese sentido de autodestrucción que te representa, sean bancos, farmacéuticas, televisoras y periódicos.
Pero ese desgano, esa apatía de vivir alentada por gente igual de estúpida, está cobrando su precio, está llevando a la sociedad a ser más deshumanizada, cada vez más insensible, cada vez más dependiente de nada, porque esos es lo que las religiones y drogas conllevan al final, al vacío de la nada.
al darse cuenta ya por muchos años de abuso de sus mentes y cuerpos el ser humano esta cayendo en un vacío espiritual y comercial, reflejado en tantos jóvenes que ya no les importa las leyes, valores, dioses, ni ídolos de papel que se les imponga.
Dentro de poco la tasa de suicidios será impresionante, así como la caída en la economía de muchos países y la decadencia de muchas sectas y religiones. No por un despertar de conciencia, si no porque después de tantas promesas de felicidad incumplidas, al ser humano solo le quedara la nada, la apatía y el vacío interior.
Los llamados ninis ya son preocupantes para los gobiernos, cuando fueron ellos los que alentaron ese problema.
Cuando el ser humano no pueda ser controlado por los medios habituales, habrá entonces un descontrol social como nunca se ha visto
No le puedes ofrecer dinero porque no importa, no les podrás ofrecer dioses por que no importa, ni amenazas por que la vida perdió valor.
Creo hasta ese momento se tratara de hacer algo y hasta ese momento tendrá peso la verdadera cultura de la conciencia social y el desarrollo del verdadero potencial del ser humano. Estamos entrando en la frontera de un nuevo comienzo, que como todo nacimiento será doloroso, pero solo de esa manera todo el potencial del ser humano será explorado por primera vez.
Consciente de que el esplendor de esta sociedad está en decadencia deseo de todo corazón que no les sea tan traumático el cambio y la transición, recordándoles que potencialmente somos dioses.

armando_vega@terra.com.mx

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