miércoles, diciembre 28, 2011

Un Mexicano mas

Una muchacha de tantas en este barrio de origen muy humilde, admiradora de las telenovelas, de la música popular, siendo su consentida la popular estación de radio la Z. rodeada de hombres y mujeres con pocos o nulos estudios académicos, donde la violencia física y verbal son de lo más común, desde el despertar hasta al irse a dormir. Dentro de ese ámbito social la chica se embaraza y como miles en este país, aun siendo menor de edad, pronto se convierte en madre soltera. Ya en esa esquina de la 75 y la 10 donde su familia comercia habitualmente con las drogas, va creciendo un pequeñín lleno de odios y rencores, de limitaciones y con la misma educación que llevo a su joven madre a perder su camino. ¿Qué puedo sentir por este nuevo mexicano? ¿Cuál es mi responsabilidad para con el? Es válido tenerle ya odio sin culpa, aun sabiendo que será potencialmente el próximo delincuente que me secuestrara en algún taxi, que me quitara la vida por unas pocas pertenencias, que envenenara con drogas a sus amigos, vecinos, compatriotas y el mismo. Ninguno de mis juicios serán nunca validos ante el lienzo que desconozco de la vida, ya que esta pone cada pincelada en el lugar preciso, en el lugar correcto. Aun yo viendo de cerca lo que para mí son imperfecciones, la vida lo interpreta de arte, de correcto y perfecto amor. El niño de tres años ya tiene su peinado de mohicano y las cejas depiladas. Ya corre y admira a su aun joven pero ahora muy obesa madre, mientras me ven pasar con curiosidad; el pequeño cruza con mi mirada y corre temeroso hacia su madre, mientras que este instante, de destinos encontrados se pierde y yo lo capturo en estas líneas, junto con mis cuestiones y reflexiones, para dejarlo solo poco más en mi memoria. Soñando despierto

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