Después de haberme tomado mas de 5 pastillas para el dolor de 500 y sin disminuir en lo mínimo el dolor que cuello, de cabeza y esa horrible punzada que parecía un hierro candente atravesando mi mandíbula, hacia mi cerebro con pulsaciones que parecían un latido propio en mi cabeza. me di a la tarea de practicar la respiración con técnicas de control zen que focalizaba el dolor y los disminuyen a medida que la respiración se va equilibrando junto a el pulsar de la alarma que mi cuerpo interpreta como dolor y siendo funcional en otras situaciones, ahora no me dio ningún resultado.
Viendo que ni la medicina, ni la concentración mental funcionaban y yo desesperado, con un dolor terrible que me dejaba la visión en rojo, recurrí a la parte mas lejana de mis métodos, para salir de una situación que se escapaba de mis fuerzas.
Ya en la desesperación de mi angustia recurrí a la oración, le pedí directamente al jefe un favor, siendo que la mayoría de las cosas que busco, logro o hago son parte de mi esfuerzo o mi inteligencia aplicada.
No es que sea religioso o supersticioso, mucho menos fanático, de hecho me considero absolutamente alejado de la religión y sus estúpidos ritos, pero aun así tengo mi creencia en dios, muy particular.
Y bueno, siendo una emergencia le pedí a dios que me ayudara con ese dolor terrible, no os miento hermanos en menos de 5 minutos el sueño me venció, puntualizando que no podía recostarme, dado que la circulación de sangre en esa posición, estimulaba por mucho la molestia.
El dolor desapareció desde esa noche, siendo que no podía comer o beber nada sin que esto estimulara el nervio y despertara ese dolor terrible. el favor fue concedido y no sentí mas molestia aun 3 días después cuando ya el dentista pudo sacar esta pieza.
A palabras del dentista el nervio expuesto era imposible que no sintiera dolor ni aun con analgésicos y calmantes, solo la anestesia local lo hubiera aminorado. Aunque el favor, petición o milagro fue concedido de manera inmediata, no pasaría de largo sin una manda o consigna, que seria que yo relatara esta feliz experiencia, me refiero a su final, no a su punto critico obviamente y donde expondría quien a mi parecer fue el que otorgo el apaciguamiento de un momento tan terrible en mi vida.
Mi creencia en dios es grande, no dogmática, ni embarrada de creencias externas. la fuerza y el poder están ahí y somos dignos de recibir su gracia fuera de sabernos merecedores o no de esta energía o amor energizado.
Mi pago a este favor fue solo relatar mi experiencia siendo lo mas objetivo posible, sin alucines, vudu, ni patrañas de por medio, dando todo el mérito y valía a dios, agradeciendo y cumpliendo mi parte por el milagro concedido.
armando_vega@terra.com.mx
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