Y el médico me dio su diagnostico, yo sufría de ventríloquia febril del miocardio
Por eso me sorprendía a mí mismo cantando todo el tiempo y contando historias inverosímiles a los niños,que eran los únicos que las creían con oídos atentos.
Mis dedos, víctimas circunstanciales de tan rara condición creaban acordes tan complejos y desconocidos por mí en esa guitarra, por lo cual debía fotografiarlos para no olvidar sus armonías y secuencias.
El médico aconsejo "si no sabes qué hacer con los designios de tu corazón simplemente síguelo"
armando_vega@icloud.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario