viernes, febrero 08, 2019

Familia feliz



He visto familias ser totalmente amorosas, comprensivas y altruistas. Dan lo mejor por los demás y se dan lo mejor para sí mismos. Solo puedo decir que son la excepción, porque la mayoría de familias que conozco, los hijos piensan que sus padres son unos absolutos pendejos, y no los contradigo, porque yo también lo creo así, son absolutos pendejos criando absolutos pendejos, que a la vez serán padres de niños idiotas como ellos.
La trampa de la evolución, una vez más nos juega la broma genómica, teniendo que amar a otros pedazo de estiércol humano, simplemente por el parentesco genético que nos une a ellos.
De pronto tienes un hijo gordo, lleno de acné, con el pelo tapando toda su cara, drogándose con mariguana todo el día comiendo papas fritas y su único líquido consumido es la coca cola, no te queda otra opción que amar a ese esperpento, bueno para nada, simplemente porque decidiste fornicar con su madre y en una de esas pasiones ocasionales, por un accidente de la probabilidad, surge ese pendejo, que ahora vive en tu casa y además por derecho legal lo tienes que mantener. Pagas su universidad, para que al final casi de la carrera decida que ya lo pensó bien y que su vocación real es ser metalero de su grupo de rock de la universidad, ah, ¡sorpresa! además salió homosexual.
Cada día ver las noticias de lo que sucede en la Ciudad de México es un terror, ser mujer es una maldición en tu país, porque si no te violan delante de todos los insensibles transeúntes que pasan sin hacer nada al respecto cuando te diriges a la escuela, te violan y te estrangulan en el transporte público, o un novio desquiciado té asesina, y después se suicida porque le dio un ataque de pánico por perder el trabajo.
Pero como no nos une ningún vínculo consanguíneo con esos desgraciados compatriotas, solo nos queda decir: no pues qué feo, y esperar que la suerte nos acompañe y que la próxima víctima no sea uno de los tuyos.  
He leído como una diputada cayó en un ataque de histeria luego de la noticia de que alguien asesinó a su hija dentro de un gimnasio, simplemente porque la confundieron con alguien más. Algún estupido le pareció buena idea grabar el momento y subirlo a sus redes sociales. Insensible, cobarde, le llamaron al pendejo que realizó tan deleznable acto de grabar un momento tan crítico, pero por otra parte, quedo documentado como es que un ser humano reacciona ante un evento cotidiano, normal y de poca importancia, claro, si es que la víctima no es un familiar tuyo.
La mayoría de películas, novelas, series y demás ficciones culturales ponen en lo más alto la asociación filial, y como somos o estamos programados para dar hasta el último aliento por los seres amados y queridos. Este reforzamiento conductual nos hace ser esclavos de una vez y para siempre de la marabunta de familiares que nos precede y no queda más opción que dar el todo por el todo, simple y llanamente por la idiota idea del amor.
Una humanidad despierta, consciente y responsable entiende que todos somos una gran familia, que nadie debería estar secuestrado con temor o muriendo de hambre bajo un puente.
Que ningún hombre debería hablarle como le habla a una mujer que anda sola por la calle, diciéndole:"que rico culo""pero mira que panochuda se ve" o cosas tan cobardes como esa, porque cada mujer y cada persona son un madre o una hermana o una hija de alguien.        
Una humanidad despierta le preocupa la educación de todos, no sólo de los que tienen para pagarla en escuelas privadas, donde los maestros si asisten y no andan en mitines políticos, donde los niños si aprenden y no tienen que andar moneando en las calles.
Pero no somos una humanidad despierta, somos solo una agrupación  de monos individualistas, que escucharemos las noticias con hastío, cambiándole de canal, esperando ver algo más positivo que esa madre que escribe en las redes sociales "perdón hija por no poder pagar tu rescate" y luego saber que apareció torturada  y asesinada, y sin más por decir, continuar con la cotidianidad normal de una vida citadina.
Como siempre, los japoneses nos dan el ejemplo, porque son los qué mayormente se suicidan y son los que menos quieren procrear. La taza de nacimientos ya es alarmante, porque está en su nivel más bajo en la historia de ese país. ¿Por que no aprendemos a ellos?  ya que no sabemos amarnos, ni respetarnos unos a otros, por lo menos dejamos de ser tantos.
Lástima que no somos hijos de políticos para que la justicia sea pronta y expedita como en el caso de la diputada. Lástima que somos humanos de quinta que mañana podríamos aparecer en una de tantas fosas comunes y solo seremos una estadística más. Lástima que que solo tengamos lágrimas de desesperación y dolor cuando a los que matan y desaparecen son a los que consideramos familiares y cercanos.    
Como decía Sai Baba: hay  una sola religión el amor, hay una sola familia la humanidad, hay un solo lenguaje el del corazón.

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