En México si algo tuve mal en la educación, fue esa clase de educación física, donde por lo general el gordo entrenador sólo te daba una pelota o te obligaba a correr sin razón ni sentido. Es difícil entender como un profesional del deporte (ya que ser profesor de educación física requiere titulación) fuera tan malo y negligente en una labor tan importante ¿será por eso que la obesidad infantil es la más alta del mundo en México? Aquí en suiza la educación física no requiere una preparación especial solo la imparte el profesor que tenga tiempo y ganas, aún así la obesidad está controlada y siendo un país del tamaño de Guadalajara en su totalidad y con una población comparable a toda la delegación Iztapalapa de más menos 8 millones, tiene una economía envidiable y unos logros académicos y deportivos excelentes y muy destacables.
Y lo peor de todo, que todos mis antiguos colegas de profesión y conocidos son titulados y licenciados en la carrera de educación física, pero ignoro si son respetuosos con la responsabilidad que tienen ante un reto tan importante como lo es motivar a los jóvenes en las virtudes de una vida activa y sana.
También cabe destacar que los recuerdos que tengo de mis profesores, desde la primaria hasta la universidad es más que positiva, es más, muchas de las lecturas que me dieron como obligación fueron la mejor formación que tuve en ese entonces.
Mis profesores fueron apasionados, fueron entregados, fueron comprometidos, y su amor por la docencia dio frutos en la perspectiva de la vida que poseo actualmente. Cada uno de ellos hizo lo mejor cada día por cumplir con honor y con profesionalismo su labor, lo cual no solo hace que recuerde sus nombres, los poemas que me enseñaron, los libros que abrieron mi mente y las sabias palabras que muchas veces fueron los consejos mas importantes para mi crecimiento y desarrollo.
No tengo idea si actualmente la educación en México aun tenga estos héroes que con su amor forjan un mundo mejor, pero por lo que se ve y por lo que parece, la política a ensuciado mucho la labor noble del profesor y a convertido la docencia en una arma política de disidencia con fines ajenos al interés comunitario.
Queda claro que mi amor por mis profesores pertenece en mis memorias, en mis canciones, en mis poemas y más aún siendo que esta educación partió de la decisión institucional de ser gratuita y laica.
Solo queda expulsado de mi remembrar esos profesores de educación física gordos sin valores, sin ética, sin profesionalismo, gente que solo cubría el puesto y de los cuales no recuerdo ni su nombre, mucho menos su fisonomía y de los cuales solo me lleve el ejemplo de nunca ser un parásito como ellos en mi vida profesional.
Por lo menos aquí en Suiza no hay pretexto de que el profesor que tiene que hacer de todo, sea o no capaz de realizar su trabajo eficientemente, porque solo esos profesores se educan en dos o 3 años de pedagogía como si fuera una carrera técnica, tan básica y sin relevancia académica, como ser vendedor de una tienda o mesero en algún restaurante, y por lo que he preguntado y conocido en él medio social que me desenvuelvo, nadie actualmente tiene buenas referencias de los profesores que los educan, por las causas modernas de la depreciación de los valores profesionales, causa efecto de la devaluación humana.
armando_vega@icloud.com
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