Fue el primer libro que influyó mi pensamiento, porque aunque se basaba en la mitología judeo Cristiana para debatir puntos que son ridículamente indebatibles dada su concepción puramente literaria, mantenía una mirada crítica sobre la filosofía básica de la vida ¿Quién eres? Y ¿Por qué estas aquí?
Desde una fotografía, en un minúsculo punto de la galaxia, te posicionaba como una insignificante partícula, que no tiene otra opción que vivir sus días en esta minúscula bola de tierra que viaja como rémora del sol a una velocidad cercana a la luz, en un costado lejano de la espiral de la vía láctea.
Con un lenguaje muy básico Tassinari trata de mostrarte que no existe lo que llamamos pecado, ni ofensa a un dios, que lo más seguro es que sea imaginario. Lo ejemplifica claramente con la traducción de la canción Imagina de John Lennon una canción que abiertamente rechaza la idea del dinero, la desigualdad y la idea de cielos e infiernos, en una utopía que nunca es ni será posible.
Tassinari te invita a revelarte a salirte de la masa cobarde que se esconde con tal de no ser víctima de sus propias ideas, de no tener miedo de alzar la voz y aunque todo esté contra tuya, defender con valor tus ideales y tu convicción.
Aunque en el libro busca la necesidad humana de rebeldía, entre frases cree que Jesús el nazareno fue una figura real y da a entender que su camino y doctrina son importantes para encontrar el tuyo propio.
Será porque Tassinari tuvo mucho que ver con las instituciones católicas y posiblemente buscaba su apoyo económico y político.
Es un pequeño libro que se lee en una sentada y que claramente tiene un dejo de autoayuda, y dado, que aunque leí su primer libro <tú puedes ser el mejor> el cual buscaba con frases grandilocuentes motivar mentes débiles con deseos de respuestas, siento que ese segundo libro busca más empatar las ideas de auto superación con la religión, cosa que como todos sabemos, es el ingrediente perfecto para crear una secta.
Testamento vendría a representar la ola que trajo esos libros de súper ventas como los de Og mandino de el vendedor más grande del mundo y todos aquellos otros libros que en esos finales de los 80s abarrotaron los supermercados, con ideas frescas de superación y crecimiento personal.
Testamento represento una forma muy sencilla de atrapar mi mente que buscaba desesperadamente respuestas y que a falta de mejor literatura fue un buen inicio en el camino de la filosofía y la crítica social constante.
Cuando leí ese libro cursaba el segundo año de secundaria y era un católico empedernido que no faltaba a misa cada domingo y que pertenecía al coro De la Iglesia, con una, aún muy pobre biblioteca, pero con muchas ganas de aprender de donde fuera y a cómo fuera lugar.
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