jueves, diciembre 22, 2022

Extremistas de verdades falsas

 


Conocí una familia mexicana de esa familias antiguas con valores morales tan rancios que caen en el fanatismo. El padre de esa familia es de esas personas que tiene como meta coleccionar los títulos de licenciatura de sus hijos, así como las fotos de su matrimonio longevo, todo expuesto en la sala de su casa.

Trataba por todos lo medios que su autoridad le otorgaba imponer una disciplina casi militar en su familia, pero esa disciplina no se aplicaba en su salud, porque el señor pesaba alrededor de 120 kg su esposa mas de 90 kg y así cada hijo con un obesidad peligrosa y que como patos siempre andaban juntos con toda su obesidad familiar de aquí para allá.

No se puede ser altamente estricto para con tus valores morales y tan estricto con la disciplina estudiantil y de higiene personal y fallar estrepitosamente en la parte de tu salud mental y física.

Esa es la mejor forma de aplicar la autocrítica de verse desnudo en el espejo y saber si eres lo que tus palabras creen que eres o si realmente aplicas esa disciplina en toda tu vida.

No basta con creer que se es mu justo y muy correcto cuando por otras formas y partes sé es absolutamente falible.

Por eso las palabras tienen que venir envueltas en todo un contexto, una forma ejemplificada de vida en la que vivan exactamente nuestras acciones y dichos.

Cuando me he detenido a escuchar personajes de extrema derecha veo intransigencia, fanatismo y puntos de vista obtusos, pero cuando escucho a la extrema izquierda veo lo mismo, porque dentro de su pensamiento no cabe la idea de que tal vez no tengan toda la razón, y de que tal vez los del otro bando tienen ideas buenas que pueden funcionar, pero su pensamiento fanático y extremista no da cabida para dudas, ni cavilaciones, y mucho menos conceder algo positivo a los contrarios.

Hay cosas que aquí en suiza me parecen correctas como obligar por ley a gente que usa burkas a no usarlas en público o de que a gente que viva como refugiado o como invitado en este país se le deporte cuando realice actos ilícitos, porque cuando llegas a otro país te adaptas a las reglas de este como una forma de integración.

Sin embargo hay personajes políticos que se van del lado de los derechos humanos antes que de los derechos cívicos o sociales y todo lo hacen por acciones populistas, porque se sabe que la política no esta construida para hacer los mejor por los ciudadanos si no para cosechar votos.

Dentro de una forma de pensamiento que cae en los extremos es fácil pensar que existe solo una verdad y esa verdad es inmutable e intransferible y cuando llegas a esa forma de pensamiento eres un fanático, y cuando eres un fanático no hay manera de llegar a un dialogo, ni hay manera de discutir cualquier tema, porque la verdad que el fanático cree es la única que hay, y te aguantas.

Es difícil llegar a poder crear consensos cuando de un lado hay gente fanática y por el otro hay gente más fanática además de intransigente.

Como ejemplo la política mexicana, que actualmente esta dominada por una secta de ignorantes fanáticos que tienen como cabeza principal a un payaso malabarista de la palabra y la comunicación social que es el presidente López Obrador, todos con un mantra de que no son iguales a los otros políticos y que son honestos y están con el pueblo bueno. Pero no, son mucho peores que los que antes estaban, si es que eso era posible. Y esos antiguos criminales como Peña Nieto o Felipe Calderón del PRI y del PAN ahora son críticos a una nueva forma de gobernar que aunque es corrupta como fue la de ellos, ahora es mas inepta de la que ellos realizaron. No hay como ayudar a México porque no hay a donde buscar la opción porque de un lado son corruptos y clasistas y del otro son corruptos y populistas. Pero si les preguntas ¿Quién es el bueno o el malo de esta historia? Siempre será el uno o el otro, sin forma alguna de ser autocríticos.

Cuando escucho los diálogos de gente inteligente dentro de la Iglesia o de la política es claro que ellos saben que no nos dueños de la verdad y que la institución de la cual proceden es falible, y ellos lo saben y tratan de mejorar, lo malo es que esas voces inteligentes no son las que gobiernan ni son las que toman las decisiones al final.

Para quien se cree dueño de la razón no hay manera de moverlo de ahí, ni hay manera de que acepte su errores, eso es una de las cosas mas nefastas de la humanidad y es un vicio que entre mas poder tengas mas peligroso se torna.

Por eso la novela de Gabriel García Marqués el otoño del patriarca es una excelente forma de ver realmente a quien es dueño del poder y lo aplica a discreción. Por eso cuando el dictador pregunta ¿Qué hora es? Sus lacayos dicen son las horas que usted quiera señor. 

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