Principio de simetría
El principio de simetría
equilibra las formas naturales en un balance correcto haciendo de la
vida un perfecto orden de formas, figuras, leyes, fuerzas y demás.
La naturaleza sabía creadora y simplificadora de las
cuestiones más difíciles de la evolución resuelve con creatividad y sencillez
su trascendencia y su supremacía hacia la mejor y más funcional forma de
existir.
El problema viene cuando te das cuenta de la organización
que utiliza la creación para simplificar procesos, es decir que la naturaleza
trata de hacer que los iguales se unan se unifiquen en sociedades, en grupos,
en conjuntos, este procesos de igualar ecuaciones funciona en los músicos, los
guerrilleros, los políticos, los deportistas y demás grupos sociales bien
identificados.
Siempre he estado de acuerdo en una cosa, la humanidad en su
conjunto, con todos sus matices y sus aristas es una, el ser humano es uno,
obviamente con distinciones variadas en
sus usos y costumbres, así como a lo que le rezan, lo que comen y la manera
como resuelven sus problemas de vivienda, alimentación y educación. Pero en el
fondo todos son los mismos monos mediocres, egoístas y asustados.
Ahí es donde viene el problema, siempre me aturde, me
enfada, me desequilibra el comportamiento de esta desastrosa humanidad, que no
entiendo, que no comprendo y con la cual no comparto la mayoría de sus metas
sueños y creencias. El problema es que siempre tengo a los más grandísimos
pendejos cerca de mí y en diferentes momentos y circunstancias. El problema
viene a sabiendas de que la naturaleza pone a los iguales cerca, por un concepto
de simetría, equilibrio y balance natural. Entonces ¿eso donde me coloca? ¿En
qué lugar estoy? y ¿cómo es que ese lugar se mantiene en balance y equilibrio,
alrededor de seres que por condición, función y distribución son mis cercanos,
vecinos, congéneres y contemporáneos?
Canción Casiopea de Silvio Rodríguez
Como una gota fui de la
marea
La playa me hizo grano de la arena.
Fui punto en multitud
por donde fui
Nadie me detectó y así
aprendí.
Cuando creí colmada la
tarea
Volví mi corazón a Casiopea.
Cumplí celosamente
nuestro plan: por un millón de años esperar.
Hoy llevo el doble dando
coordenadas
Pero nadie contesta mi llamada.
¿Qué puede haber pasado
a mi señal?
¿Será que me he quedado
sin hogar?
Hoy sobrevivo apenas a
mi suerte
Lejano de mi estrella de mi gente.
El trance me ha mostrado
otra lección:
El mundo propio siempre
es el mejor.
Me voy debilitando lentamente
Quizás ya no sea yo
cuando me encuentren
Escrito ya en casa
Berna, Suiza. 27 de junio de 2015 16:38 pm
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