Déjalo
ser
Cuando
escuche decir a Facundo que en un destello de crecimiento intelectual
dejo de criticar y empezó a proponer, me pareció una muy bella
forma de transformar lo vivido, de dejar de darle color a lo que
odias y empezar a darle trascendencia a lo que amas.
En
mi casó las cosas a las que soy intransigente, me llenan de odio y
fuego en la sangre, y quiero exorcizar de mi interior sacando toda
esa rabia de las cosas que no comprendo aún en letras y críticas
que sólo quedarán como una constante frustración de un mundo que
es como es y que por más que lo critique seguirá siendo así,
mientras no crezca yo mismo en mi perspectiva que tengo de el.
Hoy
en el avión de regreso de las bellas y hermosas playas de creta en
Grecia me topé con la prisa y la estupidez humana como siempre y me
dieron ganas de hacer una reflexión de las personas estúpidas, pero
en ese momento reaccione¿ cómo es posible que los hermosos colores
del mar que acaba de descubrir nuevamente, como es posible que las
flores que adornaron mi camino hacia el aeropuerto o la hermosa
puesta de sol que vi desde la ventanilla, sean menos importantes que
cosas tan básicas y absurdas? Como esos
estúpidos personajes intransigentes y fatuos segundos de mi vida que
nunca más recordare.
Quisiera
ser mejor de lo que soy, y mis experiencias me llevan a serlo en
cuanto reflexiono con tenacidad en las buenas ideas y las hermosas
muestras de amor en la naturaleza y en general todo lo que me rodea.
Hoy
un par de cosas intransigentes eclipsaron mi entendimiento de los
regalos cotidianos que la vida constantemente me obsequia.
Otra
vez mi regreso a la cultura minoica y el origen de muchas culturas y
lenguas me regresa a mi origen, a mi verdadero entendimiento de las
cosas.
Hace
unos años la verdad de la raíz de la filosofía me dejo sin
palabras y guarde silenció un año en mis letras como homenaje a la
sabiduría, es decir que cuando encuentras las palabras precisas
deberías ser silencio en proporción de la magnitud del regalo
recibido, y cuando la belleza opaca la aún incompresible
cotidianidad, sólo deberían salir flores de mis letras en
correspondencia del favor y regalo recibido.
Escrito
cuando volaba sobre Italia desde Grecia, en mi viaje de regreso al
aeropuerto de Zúrich 26 de junio de 2015 a las 11:00pm
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