viernes, mayo 19, 2017

Formas distintas de conciencia


Si te quieres adaptar a esta sociedad de consumo y de comodidades tecnológicas que ofrece la sociedad sistemática moderna, tienes que sufrir la marabunta de estupidos que esto trae consigo.

Pero ¿Que hay de aquellos que ha renunciado a la sociedad y a la comodidad con el fin de alcanzar un estado de pensamiento más elevado? Ya no hablemos del mítico Buda y sus 20 años de meditación dentro de un árbol, un caso por demás increíble sino fuera porque hay casos documentados recientes de personajes asiáticos que han repetido dichas proezas, no por 20 años, pero si por semanas, sin comer ni beber agua aparentemente. 

Se decía que la fundación del imperio romano comenzó con la crianza de dos hermanos por una loba, Rómulo y Remo, que como reza la leyenda fueron adoptados, alimentados  y criados por una fiera sin conciencia, y sin sentimientos, como piensa la mayoría de los monos sapiens en general de los animales.

Una vez más la leyenda se transforma en verdad, después de casos documentados de seres humanos adoptados por perros, lobos, monos y hasta lagartos.

Y hay casos mucho más extremos de gente, que no por accidente o destino fueron adoptados por animales, si no por decisión propia, generalmente científicos, zoólogos y naturalistas que enamorados de la capacidad de amor y de una inteligencia pura y más elevada que posee la conciencia animal fueron atraídos a su sociedad y forma de vivir.

Documentales que son fáciles de encontrar en YouTube o películas holiwoodenses que relatan las experiencias vividas de una manera muy gráfica, que demuestran que la sociedad animal es más organizada, más civilizada, más real y más honesta que la humana.

De estos testimonios los que más me conmueven son esos que muestran un vínculo eterno y férreo de amor incondicional que es entendido aún después de la muerte. Recuerdo el caso de una pareja que tenía una reserva de leones y de uno que rescataron y que después de años en libertad reconoció a sus protectores como si nunca se hubieran alejado. También el caso de un proteccionista de elefantes que al morir, dos manadas diferentes asistieron a su funeral.  

Lo que más me conmueve de estos relatos y testimonios que han encontrado el amor incondicional, puro y sin apegos, es la conciencia, y como está se despierta a una nueva forma de ver la realidad, después de haber aprendido a ver la vida desde una perspectiva más simple y más bruta en su naturaleza misma.

El animal no miente, el animal no finge, el animal mata solo cuando necesita comer y el animal no desperdicia.

Miles han tenido una mascota y millones se han sorprendido de ese amor puro y sincero que ellas ofrecen, pero muy pocos han aprendido a darlo o entregarse de la misma manera y en proporción, y mucho menos han encontrado ese amor o una empatía por los demás animales u otros seres vivos.     

En mi reducida percepción,tengo más conexión con las plantas flores y árboles, se en mi inteligencia emocional, que ellos perciben el tiempo la vida y la realidad en un presente perpetuo, un estado elevado de conciencia alcanzado por muy pocos iluminados. Actualmente se sabe muy poco de cómo los árboles se comunican, pero los pocos estudios reflejan que ellos cantan en tonos infrasonicos,en momentos específicos y por razones desconocidas. Se sabe que hay una red de comunicación por medio de los hongos y raíces, que cuando un árbol está a punto de morir, se sospecha que transmite sus conocimientos a árboles más jóvenes, mucho más lejanos y distantes de donde este se encuentra.

Creo firmemente que si la conciencia sobrevive y evoluciona debería en un momento más elevado llegar a ser una forma de vida mucho más compleja y creo que los árboles están en un nivel superior de inteligencia que aún el ser humano no ha podido comprender. Solo aquellos que han vivido la experiencia de la inteligencia de otras formas de vida, saben que aún distamos mucho de utilizar todas nuestras capacidades cognitivas, y por supuesto, de poder entender las que nos circundan y pasan desapercibidas a nuestra conciencia.   

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