Descubrí que el secreto de una vida plena está en la intensidad,
En la intensidad de los sentidos. En cuanto más intensidad tengas al observar la belleza, la grandeza, lo que se escapa de la mirada a ojos ajenos, a ojos no entrenados a la sutil emoción de las cosas. Veo con intensidad el rojo de los atardeceres y estos se trasforman en color dentro de mis memorias cortas y fugaces. Amo con intensidad el sabor de las frutas, sus aromas, sus colores, sus recuerdos de otros tiempos y otros amores.
Amar con intensidad a los árboles, los gatos, los pájaros, las cosas construidas con la perfección de la arquitectura, los ángulos perfectos. Es una terapia de entendimiento, de comprensión, que la belleza está en todas partes, y el arte solo es una palabra para nombrar las copias de lo cotidiano que nos llegan a conmover, y solo queremos expresar esa forma tan intensa de tocarnos el interior.
La plenitud, la paz interior, el equilibrio mental, se encuentra en la intensidad de los sentidos, al comer un buen platillo, al disfrutar un beso, un buen vino, una buena platica con los amigos.
Vivo con intensidad mis días, mis sentidos, mis ganas de querer algo que no sé bien cómo describir, solo es las ganas de saber que está ahí, inalcanzable, inteligible. Es mi recompensa por vivir la fuerza que rodea a toda la energía solar transformada en alimento del alma y del cuerpo, que entra por cada sensor de mi cerebro y que se registra como puede y a sus limitaciones.
La vida sucede en cada momento que he aprendido a gozar.
armando_vega@icloud.com
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