El error humano

 

Me hice un examen de anatomía y de conceptos generales de entrenamiento físico de cosas que se supone debería tener bien entendidas y manejar con sabiduría y una inteligencia práctica, el resultado fue mediocre y con múltiples fallas en diversos conocimientos generales, eso es resultado de creer que las cosas básicas ya las tenemos y damos por sabidas, también se debe a la falta de actualización y constante retro alimentación de conocimientos prácticos en la labor y rutina diaria, y dado que no trabajo como entrenador ya hace muchos años, es normal que esos conocimientos se vayan pasando por alto, aunque me mantengo informado de nuevas ideas y sistemas de entrenamiento, pasar por alto los conocimientos básicos deja lagunas de ignorancia que se van agrandando sin darse cuenta.

Pero resulta que la mayoría de los profesionistas que se dicen expertos y muy capacitados para desarrollar su trabajo diario, en realidad carecen de métodos evaluativos ya que su trabajo es rutinario y se desarrolla en resultados prácticos que dan una satisfactoria respuesta a lo sé se espera de ellos, pero cuando surge una situación que requiera conocimientos más avanzados se ven superados y muchas de las veces, por no decir que no saben las respuestas y por el tamaño de su ego, tratan de resolver el problema de manera intuitiva y no muy profesional.

Muchas veces tuve discusiones con entrenadores, médicos y nutriólogos, sobre mitos de nutrición y entrenamiento que son rumores y chismes sin fundamento científico, pero que por increíble que parezca, gente con estudios universitarios creen, sin siquiera buscar información que pueda contrastar dichas ideas.

Uno de los grandes mitos que fue demostrado como un fiasco son las fuerzas de los militares y sus equipos más entrenados en todas sus incursiones el factor del error humano siempre es determinante para que las cosas salgan mal, porque como la ley de murphi dice<< si algo va a salir mal lo más probable es que salga mal >> en ataques coordinados contra terroristas, siempre, si hay rehenes de por medio, lo más seguro es que maten a los rehenes junto con los atacantes porque la adrenalina y miles de causas y efectos a salir mal, pues salen mal. Claro que estamos acostumbrados a ver en las películas grupos perfectamente sincronizados y con la cabeza fría resolver todos los contratiempos sin despeinarse, pero eso es claramente una ficción. Claro ejemplo de que esos grupos y sus equipos tácticos no sirven para nada, es la actual invasión a Ucrania, donde un ejército muy entrenado, con muchísimos recursos y dueño de la experiencia, son y están siendo diezmados por un mini país corrupto y mediocre, comandado por un cómico actor de telenovelas, y donde los tanques rusos no sirvieron, los drones rusos no sirvieron y los soldados rusos salieron corriendo, porque son jóvenes de provincias pequeñas sin la preparación adecuada. Incluso en un documental de Deutsche Welle, los soldados Ucranianos buscando “expertos”en manejo de drones, encontró unos jóvenes que con solo decir que eran experimentados les dieron una serie de drones para matar soldados rusos, ellos confesaron que no sabían nada de drones y que aprendieron ese mismo día, afirmando que realmente no era tan diferente de jugar un video juego.

El problema reside en que la gente en general tiene la estupida ilusión y fantasía de que si el “experto” sabe lo que hace, seguramente lo hará bien, y no es así, la mayoría de médicos que he consultado en suiza son una sarta de idiotas, que incluso, otros médicos más preparados y críticos me los han reconocido abiertamente. Los números no mienten, lo que mata a las personas no solo es la enfermedad, es una mal diagnóstico y la aplicación de un tratamiento incorrecto, por el fatídico error humano.

Casos como el del accidente negligente de la caída del metro línea 12 causa de corrupción, prisas, presión política y falta de mantenimiento, es donde queda claro que el dinero de los impuestos está siendo manejado por idiotas que solo buscan poder y beneficios personales. Es increíble que salgan a decir  los conductores de los trenes naranjas, que después del incendio de la estación de control del metro, estos solo se coordinaban con mensajes de teléfono.

Sin más que decir de los 300 reportes de accidentes en las torres aéreas del aeropuerto internacional de la ciudad de México.

Por falta de pruebas de destreza, capacitación y la corrupción reinante en México, es que un primo lejano que estaba ciego de un ojo y era adicto a todas la drogas ávidas y por haber, manejo durante décadas un microbús, afortunadamente sin ningún percance, pero solo el hecho de que lo hiciera por tantos años, da cuenta de como se manejan las cosas en un país que sobrevive solo por milagro.

La mayoría de los pilotos de las aerolíneas comerciales confiesan haber volado bajos los efectos de las drogas y la mayoría confiesa dormir durante su labor, ya que muchas de las veces llegaron de la fiesta directamente a trabajar.

Ni se diga los profesores y educadores en México que la mayoría son analfabetas funcionales que acosan alumnos y solo están ahí porque son políticamente de beneficio para tal o cual sindicato.

Es duro de reconocer, pero la impericia y la falta de profesionalismo en todas las actividades preponderantes es desastrosa, y la mayoría de las veces esa forma tan terrible de llevar su profesión causa muertes y accidentes que podrían haberse evitado tan solo con una evaluación concienzuda de conocimientos generales y una adecuada preparación constante en la labor que desempeña cada quien en su trabajo. No es posible que el representante del poder ejecutivo en México diga que para sacar adelante un país solo se requiere 10 % de pericia y 90% de honestidad, aunque el si cumple su dicho, mediocre y mal como todo lo que hace su movimiento, solo que él es 10% pericia y solo 10% honestidad.

La próxima vez sean críticos con cualquier experto que se les presente y tengan cuidado, no porque diga que tiene todos los títulos y toda la experiencia del mundo eso se refleje en su desempeño, porque el mono humano además de pendejo es mitómano.