lunes, agosto 14, 2023

una carta es indispensable

 


Cuando he recorrido los grandes museos del mundo, queda muy claro que las cosas que merecen la pena conservar son aquellas donde la minuciosa curiosidad y destreza del humano ponen todo su interés y talento.

Hay personajes de la historia de los cuales se cuentan miles de mentiras, pero solo podemos tener una visión un poco mas cercana de la verdad cuando esa perspectiva de la verdad sale de sus propios pensamientos y ademas de puño y letra.

Ya sea en diarios o cartas personales, es que muchos de los personajes históricos dejaron una pequeña reseña de su momento breve de vida por estos lares.

Y es que un a carta es tan hermosa, es tan intima, tan profunda, es un ejercicio que se practicaba por razones de distancia, de tiempo, siempre tratando de acortar tiempos y distancias mediante la unión de pensamientos y enlazarlos por medio de esos símbolos en papel.

La forma de llegar mas profundo a la vida de mi gran amor de la escuela, fue siempre por medio de cartas, incluso, la niña que yo no sabia que existía me mando una carta para darme pormenores de su observación a mi persona y de porque consideraba que deberíamos de ser novios a lo cual yo fui directo a responderle, pero me dijo que no, que así no era lo correcto, tenia que daré la respuesta de la misma forma mediante una carta, que debería dar a su amiga Jesusa, la cual seria la celestina o la intermediaria en esa primera ilusión nueva, que nacía de entre letras y sentimientos.

Esas letras las guarde por años junto con el pañuelo perfumado que me regalo, un perfume que esta aun grabado en mi memoria y que alguna vez en un tranvía aquí en suiza me llego como una ola de nostalgia y sentimientos olvidados por el paso de los años.

Después esas letras se convertirían en poemas y canciones que solo tienen significado para mí y nadie mas, por lo tanto son mas profundas y serán siempre la marca de un tiempo que ya se fue, pero no por eso dejará de pasar.

En la preparatoria lleve esa emoción más lejos, pero no por acortar distancias, mas bien fue como la forma que tendría de perpetuarme en la memoria de quien creí se iría de mi vida en cualquier momento, por nos ser muy entretenido o muy interesante o muy agraciado. Por eso en esa letras siempre recordaba momentos presentes, como si ya hubieran pasado, y los recodaba como si fueran memorias que deberían ser añoradas, junto a una canción triste y una lluvia perenne.

Siempre quise mantener contacto con mis conocidos por medio de cartas largas donde pudiéramos mantener no solo una comunicación escueta, mas bien poder volcar toda nuestra emoción de sabernos vivos y poder plasmarlo en pensamientos dirigidos, desgraciadamente escribir es un don que pocas personas tienen y menos aun cultivan.

Cuando conocí a la que hoy es mi esposa, la distancia en ese caso si fue la herramienta o el pretexto ideal para darle vuelo a mis ganas de escribir y dejar por escrito una serie de fantasías, anhelos y sueños lejanos, que buscaban tocar con letras, fibras mas profundas de la mente, cosa que no fue lograda en ese momento, por resultar tan extraño y diferente, pero con el tiempo dieron frutos que sembraron un camino que ahora es firme por múltiples razones, ademas de las letras tan emotivas y llenas de exaltaciones de una mente que quería seguirse perpetuando en el tiempo. Aunque hoy al leer esas ideas acaloradas y febriles solo causan una sonrisa, de un tiempo, donde mis pensamientos volaban mas libres de lo que deberían.

En este blog trato de escribir, mas bien cartas, que van dirigidas a ese que fui, a ese que quiere ser y a ese que ya no es. Es una lástima que perdí esa carta que me escribí cuando tenia 15 años, porque era una carta sincera, dedicada a la persona que seria cuando cumpliera 30 años, que era en mi pensamiento el punto mas alto de mi madurez y de la meta de todos mis logros. Perdí esa carta y no recuerdo mucho de su contenido, pero hablaba muy sinceramente de lo que quería ser y conseguir, de no olvidarme de esa persona que fui, como un homenaje a lo que se perdió en el camino, por las ganas de no morir, y como una esperanza de que logre llegar a tan largo camino, preguntar, ¿como es que llegue ahí sin tropezarme, ni caerme, o si me caí, no olvidar como me levante?

Las cartas han marcado mi vida, porque la mayoría de las que recibí solo están en mis memorias, en mis recuerdos o en algún correo electrónico, que gracias a su memoria en la nube, aun flotan en ese ciber espacio.

Cuando por cuestiones de espacio me toca revisar esas memorias, realmente me toca la emotividad saberme tan lejano, tan diferente en sueños, en ganas y en motivaciones. Me da tristeza saber que esa personas que parecían tan firmes en sus emociones y en sus ganas de mantenerme dentro de su circulo intimo, ya no están mas y no tienen mas interés de estarlo.

He escrito cartas de compromiso con amigos cercanos, afirmando que mi mano y mi oído siempre estarán atentos a prestarles ayuda en cuanto así la soliciten, pero por alguna razón esas personas quieren luchar como un quijote de la mancha sin su Sancho, con sus propios demonios y laberintos, sin hacerme partícipe de ellos.

Una carta es bien recibida, es necesaria y es un ejercicio que debido a las redes sociales se ha vuelto obsoleta, pero que gracias a las nuevas tecnologías de inteligencia artificial, puede ser retomada desde otro ángulo, porque, si no tenias la capacidad de escribir dos o tres líneas por falta de pericia literaria, ahora solo es cuestión de darle algunas sugerencias de contexto y estilo, y la inteligencia artificial puede redactar una carta que decentemente podría pasar por tuya, y seguramente será una sorpresa refrescante para quien la reciba.

Yo respeto a quien me escribe contestándole con toda mi sabiduría y tiempo, siempre que por alguna razón se acuerdan de mi, claro que desde mi perspectiva critica y mordaz, pero siempre sincera.

Un carta bien escrita y redactada es necesaria, es eterna, y será un momento de la vida de un persona que quedara congelada en el tiempo, y cuando la nostalgia apremie puede ser un bálsamo que refresque la memoria, las emociones, los sentimientos, y las ganas de creer que el pasado no siempre fue como creemos recordarlo.

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