lunes, agosto 27, 2018

Malumonados


El ser salvaje que  se ve más indentificado con la capacidad agresiva sin mediación alguna debe ser el humano.

Somos una especie altamente competitiva, y eso nos pone en una premisa muy comprometedora, ser el mejor cueste lo que cueste y que ser el mejor de algo, conlleva destruir al que se considera inferior, y esta destrucción está enfocada en minimizar o hacer nada al contrincante o adversario.

Como seres civilizados estamos contenidos, pero eso no quiere decir que hemos dejado de ser los animales rabiosos que somos, y esa contención, además de mal sana, crea patologías periféricas que se manifiestan evidentemente en el medio social en el que nos desenvolvemos.

Cuando viajo en tren o tranvía es común encontrar gente muy enojada, con miradas furiosas y que además busca la manera de marcar un territorio, sin ganas mínimas de empatía. Todos con audífonos o pantallas brillantes delante de sus rostros como una forma explícita de decirte estoy ciego, sordo y mudo para ti.

Otra de las formas que veo como agresión contenida es la proliferación de estupefacientes y demás drogas lúdicas, que buscan la evasión, más que una experiencia alterada de conciencia. Es común ver a la mayoría de los adolescentes, que por cierto son los más enfadados con ellos mismos y por ende con la sociedad,tomar las drogas legales y las ilegales de una manera descontrolada, como si se tratara de acabar con ellas, consumiéndolas todas de un solo golpe.

Otra de las manifestaciones de la contención social sobre la agresividad creciente e interna es las ganas de ser diferentes, siendo todos iguales, por lo cual la moda de tatuarse la piel con mensajes de odio, como palabras en ingles que dicen "vete a la mierda o muérete" o demonios y demás imágenes violentas, que muchas de las veces están mal estudiadas en el sentido cultural de donde provienen, pero que brindan un mensaje claro, me odio y por lo tanto te odio más que a mí mismo.

Se están multiplicando los ataques espontáneos de personas sin ninguna motivación intrínseca, simplemente un momento de rabia incontrolada, que ocupa como víctimas los pobres transeúntes que tengan la mala suerte de cruzarle en su camino. Es claro que en otros países los ataques de violencia son exponenciales y cada vez más sadicos y violentos y desgraciadamente, por personas más jóvenes de familias normales y sin antecedentes de violencia interna o externa.

Creo el sistema de consumo exacerbado y la necesidad de aparentar felicidad a todo costo, es la causa principal de esta violencia generalizada que se está saliendo de control, y que ya causa la mayoría de las muertes en un sector de la población a los que no debería llegarle esta ola de actos terribles.          

Yo que provengo de una familia Mexicana de un barrio popular no me es ajena la violencia, y la vi desde muy temprana edad a escalas que rompen lo permitido para un niño, eso clarifica en muchos puntos mi actuar violento por muchos años y mis ganas de agredir a cualquiera. Sin embargo he podido darle un causa a esa energía mediante el arte, la lectura, el deporte  y la investigación de la psicología humana, con el fin de no ser cautivo de arranques de animalidad que nublen mis sentidos y me conviertan en un ser que busco no controlar, si no más bien empatizarse con los demás.    

Una de las lecciones más grandes me las dio mi profesor de Karate, cuando me dijo que: "cualquier persona en una posibilidad más alta es seguro que tenga alguien que lo ama y que se preocupa por el, y que al hacerle un daño físico no sólo estamos agrediéndolo a él, si no a todos aquellos que lo rodean y hasta incluso a aquellos que sean testigos de dicha violencia".

Sé que hay humanos que sacan de quicio, pero estudiar el porque de sus conductas, clarifica que solo son seres humanos temerosos, ignorantes y faltos de empatía y amor. Ponerte en su lugar, tratar de ser empaticos, es una labor muy ardua y llena de estudio, pero que logra en cierta medida, comprender porque la gente actúa de manera deshumanizada, egoísta y agresiva. 

Sé que algún día, los padres de familia y las personas a los cuales les afecte cada vez más la violencia, tomará medidas correspondientes, y por fin harán algo al respecto. No es descabellado que se imponga la meditación obligatoria a alumnos en las escuelas y que se atiendan esas pequeñas llamadas de atención a temprana edad, cuando se empieza a manifestar la violencia disfrazada de bromas pesadas. 

Y a los padres de familia dejar de estar atentos a los sangrientos noticieros y series que alientan la violencia y los ponen en una gama de conductas normales, simplemente porque las vemos diariamente a manera de creer que son causa y efecto de una sociedad en desarrollo.

Recordemos que la violencia solo es miedo disfrazado, un miedo que actúa en la región frontal del cerebro, que nos pone en estado de defensa y por lo tanto de alerta, y que todas esas barreras que nos ponemos como murallas, solo son miedos camuflados, para evitar ser heridos o lastimados por los demás.


armando_vega@icloud.com

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