lunes, noviembre 09, 2015

Ya fuimos historia



Algún día recordaremos nuestras vivencias como una neblina que se abre al sol y los acontecimientos serán no exactamente como sucedieron, cada quien le dará su matiz personal o como decía mi abuela, cada cual hablara depende como le fue en la feria.
Sacáremos los mejores momentos y los peores episodios. 
El día que te abrace y supe que jamás podría soltarte nuevamente , los momentos de pasión bajo la lluvia y ese parque oscuro y humedecido, las largas caminatas y mi interminable repetición de datos aprendidos de recortes de revistas. El beso inseguro en una tarde dominical en esa Alameda, si, cómo el mural de Diego Rivera. Los platos rotos, los gritos vencidos, las lágrimas derramadas y los silencios malditos.
Algún día recordaremos nuestra historia y cada quien según su experiencia y la perspectiva, según el ángulo según lo perdonado o lo trascendido.
 No retrocederemos ni un paso, pues con la mirada al frente caminamos, solo daremos un vistazo al pasado, como quien ve el camino recorrido y los obstáculos vencidos.
 Yo, te amaré en silencio como fue lo prometido, y tu me olvidarás sin planearlo, sin siquiera haberlo sentido y estará bien, porque ¿Qué caso tiene lo perdido?
Algún día cada quien contara la reseña de los sucedido, como quien sobrevive a un accidente mortal o un hecatombe repentino y las cosas pasarán rápido y las heridas serán aún fuego, laceraciones que aún duelen con el frío.
Yo te perdone desde siempre, inclusive,  el no haberme  amado como decía Nicola, hasta el haberme dejado ser quien era y la completa libertad de haberte perdido.
En la historia por lo menos en la versión que tengas de ella, espero que nunca olvides los golpes, las mentiras, los engaños, lo ruegos negados, los besos vacíos. Espero que nunca olvides las caricias, los orgasmos, las lágrimas de amor, los besos eternos, las manos unidas... ese cuartito.
Algún día como Cyrano de Bergerac te confesare mi amor cobarde y escondido, ese que siempre guardado se reservó para un final dramático, novelesco, poético un final digno.
Quien escuche mi historia, por lo menos en mi versión, escuchara un poema idílico de pasión, la culminación de cientos de vidas al encontrar el real y verdadero amor, como dijo Jose Alfredo Jiménez:  hablare de tu amor como un sueño dorado, y como canto Marcial "que me lleve la tristeza antes que sentir rencor".
Siempre diré que eres lo mejor que me paso en la vida y que como la estupidez humana que caracteriza a mi especie, me di el lujo de despreciar tan valiosos regalo de amor por sibarita, egoísta y presumido. 
Al final cada quien vivió la misma trama, sólo que con diferente guion y visión de los sucedido. Pero lo vivido, lo realmente acontecido, eso nadie, nadie lo sabrá realmente, ni nosotros para ser honestos y en pos de la verdad a nadie le importará un carajo saberlo y a nadie le quitará el sueño.
 Si, es verdad, todo ocurrió como sucede la vida, como pasa el tiempo, como esas cosas que suceden en el mundo, siempre que dos corazones dicen que si.

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