jueves, diciembre 24, 2015

Normas para anormales











Una vez más el ser humano demuestra su verdadera naturaleza, es decir egoísta, animal, banal, arribista, irrespetuosa. Es necesario para este mono civilizado penas, multas, condenas cada día más severas y aún así actúa de la manera más Neanderthal que puede.
Gracias a los medios sociales, el mono a encontrado con sus mañas poder conducir alcoholizado, sin temor a morir estúpidamente sin alguna mísera consideración de los demás conductores.  porque saltándose las reglas siente que está por encima de la inteligencia y por lo tanto más chingon que los que obedecen las reglas.
Gracias a la corrupción negra, cancerosa que es una rueda que nos aplastara en algún momento, es que se puede infringir cualquier tipo de ley si se cuenta con el poder y el dinero para pagar por la impunidad.
Una vez más lo expongo en mi queja contra la naturaleza humana.
 la ética humana no debe estar controlada por leyes o por religiones que premien o castiguen según la falta cometida, la ética debe de ser una reflexión del respeto y consideración de lo que el otro significa. Por eso es que los ricos hunden tu mediocre existencia en un trabajo improductivo para tu desarrollo humano, por eso los poderosos te meten modas, tendencias de pensamiento que moldean tu egoísta personalidad.
Me cansó mentalmente de las utopías que escribo. aunque como lo repito son lecciones personales que reflexionando me orientan en mi espejo, en el que me crítico y reflejo, pero no puedo negar que la humanidad en su conjunto es una masa estúpida que tiene los entretenedores(mal llamados artistas) que se merece, los dirigentes que necesita, la corrupción que alienta y los cuerpos deformes que alimenta de basura.
Algún día cuando el descontrol moral y social de la civilización llegue a los extremos regresaremos a los circos romanos, a los duelos del viejo oeste y las penas civiles merecerán pena de muerte por pequeñas que sean y es que este estúpido mono social sólo aprende a chingadazos.
Cada muerte ocurrida por la corrupción, imprudencia o la violencia propia de su propia especie no es una pena, es un premio al mundo. debería hacer un brindis por que cada día se extinguen más pendejos. Es una pena que el cigarro, el alcohol y demás drogas maten tan lentamente.
Una vez más mi deseo es que el ser humano no actúe por un premio o un castigo y de esa manera mida sus actos y la consecuencia de ellos. ojalá que su actuar diario sea más reflexivo de lo que su egoísmo le dicta o como decía Eduardo Galeano, ojalá que todos fuéramos desobedientes ante actos que denigren o demeriten.

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