De lento aprendizaje

Durante mi corta experiencia de existencia en este planeta, he notado ciertas lecciones de vida, que me han llevado una vez superadas a retos más grandes, que conllevan una evolución acelerada de pensamiento y comprensión de la vida y adónde está me conduce a continuación.

De niño aprendí a esperar, tenía tanta impaciencia por saber de todo, por crecer, por experimentar la vida, y de alguna manera las experiencias de vida que me acontecía en ese momento me obligaba a ser paciente; eso me dio la facultad de poder identificarme con la literatura, primero para buscar respuestas y después por la necesidad de ser paciente, en lo que los conocimientos son asimilados.

La pobreza me enseño que aún con los limitantes educativos y nutricionales se puede si se quiere ser destacado, se puede si se lucha, en contra de todas las tentaciones  por evadirte, luchar por el día a día,soñando un mañana más interesante que el propio, es decir que en esas circunstancias la vida me enseño a ser disciplinado, a tener visión y saber planificar y soñar un mañana mucho más favorable. 

De ser guía, líder y mi necesidad de protagonismo, he aprendido a escuchar, a entender que no tengo toda la verdad y de esa manera mi aprendizaje se ha enriquecido porque me mantiene abierto a diferentes ideas y constantemente en confrontación con los conocimientos hasta el momento aprendidos.

Con los años y en relación a pérdidas y desprendimientos que me han revolucionado de mis estados de confort, estas sacudidas anímicas me han llevado disfrutar el presente sin tener apego, sin aprensión por nada, ni pasión por cosas que son mortales y que a pesar de todos mis deseos por quererlos preservar se perderán irremediablemente.

Con todas las experiencias de vida que me han posicionado en donde me encuentro actualmente. creo firmemente que una vez que logre erradicar todos los vicios que la cultura moderna me ha inculcado, entonces sólo así estaré en posición de ayudar a otros, pero no con palabras o consejos vanos, si no con un testimonio de vida, que es lo más real que nadie puede ofrecer, es decir, educar con el ejemplo.