sábado, marzo 17, 2018

Amar es dar, punto.


Decía el gran filósofo Armenio Gurdjieff "todo lo que atesore,gane,ahorre o escondí está totalmente perdido, todo lo que compartí o di, ahora es mío" quien venga y tome todo de ti, dejará algo a cambio, aunque crea que se está aprovechando de tu inocencia. 
Mucha gente Mexicana aún habla de la invasión europea como lo peor que le pudo haber pasado a los pueblos aztecas, mayas o quechuas. Se robaron todo y a cambio dejaron destrucción y muerte. Sin embargo, más de las ciudades patrimonio de la humanidad, son legado de esas invasiones. Ahora que veo la belleza de los palacios del centro histórico esas hermosas catedrales o las ciudades coloniales en Guanajuato, Zacatecas, Querétaro o Guatemala, entre lo mucho perdido hay mucho de lo que se ha ganado. Porque nadie que venga a robarte o pedir por interés te deja las manos vacías.
Me enojaba y molestaba mucho cuando un amigo venía a verme cada que necesitaba que dibujara algo para su escuela, yo a sabiendas que solo era utilizado, hacia el trabajo de mala gana. Pero no me percataba de que en ese momento de necesidad, mi amigo era cordial, me platicaba las nuevas de su vida y se enteraba un poco de la mía. Porque nadie que venga a robar de ti, te dejara con las manos vacías.  
Quien da una limosna a un pobre necesitado se está dando así mismo consuelo del alma, se está acariciando el ego de buenas obras. Quien el 14 de febrero regala flores y chocolates a la novia, no está dando, se está otorgando así mismo una inversión a largo plazo que puede ser fructífera o no. Nadie que venga solo a tomar no deja algo a cambio, ni todo aquel que da se queda con las manos vacías.
Incluso en la historia del sabio y el ratero hay un juego de pérdidas y ganancias intrínsecas.
El sabio, lloraba desconsolado, porque aún siendo extremadamente pobre, un ratero se había llevado su manto y su cuenco, que era lo único que poseía. Quien lo vio llorando se extrañó del desconsuelo del pobre sabio pensando "que materialista es el pobre sabio" pero el lloraba porque aquel que le había robado solo se llevó cosas materiales y él le hubiera ofrecido ese hermoso rayo de luna que se colaba por lo agujeros de su choza. Aún en la pérdida, el ratero le dejo al sabio un regalo, la desdicha de no haber podido dar más.
Todos, solo venían a ese pequeño manantial a robarle sus aguas, pero gracias a eso, llenaron el camino de flores al regar con sus baldes el agua que se derramaba al transportarla.
Es difícil comprender, porque la venda del egoísmo nos nubla la razón y siempre queremos igualdad de conveniencias, queremos recibir en igual medida de lo que damos, porque somos ciegos de las ramificaciones que tiene el dar todo por el todo. El consumismo, el capitalismo y la competencia encarnizada por la apariencia y la banalidad, nos han dotado de la creencia de la pertenencia y la sobrevaloración de los objetos, ya que ese es nuestro principal objetivo de vida, acumular más y más objetos y más y más placer, llenándonos al final de nuestros días solo de basura que alguien más se repartirá. Ni tú oro, ni tú plata, son el camino de volar al cielo, pesas mucho para poder alzar el vuelo.
Cuando aprendes a ganar dando nunca hay pérdida.
En la Edad Media, todo conocimiento era guardado herméticamente, era recelosamente escondido y codificado a ojos de los infieles, por eso es que caímos en el estancamiento del oscurantismo, en cuanto el conocimiento fu haciéndose más y más de dominio popular el mundo comenzó a girar.
Pero si hasta en la naturaleza es tan claro, todo está dispuesto para darse a raudales, la lluvia, las flores, el sol, el mar, el viento, todo está dando constantemente al 100% y a su vez está recibiendo, tal vez en mucha mayor proporción de lo que da.
Hay un compañero suizo que asiste al mismo  gimnasio y que es además terapeuta, siempre se vanagloria de el bien que hace para el pueblo colombiano, me cuenta historias de cómo salva niños del hambre, mujeres de violaciones y pueblos enteros con donaciones altruistas, y es perfectamente válido, si esa es su recompensa, bienvenida la ayuda, bienvenida la bienaventuranza. Si vas a orfanatos solo porque en los periódicos hablen bien de ti, y salgas en las fotos como una gran filántropo, bienvenida tu careta, aún así es un bien, aún así alguien gana con tu sonrisa fingida, tu caricia de compromiso y tus donaciones deducibles.   
Dar nunca será una pérdida. Si vienes por algo de mí, te daré todo y más, y no lo hago por complacer tu ambición simplemente es que es mi naturaleza entregarme, ya algún día tal vez cuando despiertes, te darás cuenta que todo lo que te llevaste me dejo mucho más de lo que pensaste. No me dejaste con las manos vacías, me regalaste las manos libres, para poder hacer con ellas mucho más.  
Gracias a mi amiga Gaby, que por su tiempo otorgado ayer en WhatsApp me dejo al material necesario para esta reflexión.

armando_vega@icloud.com

No hay comentarios.: