Decía el gran
filósofo Armenio Gurdjieff "todo lo que atesore,gane,ahorre o escondí está
totalmente perdido, todo lo que compartí o di, ahora es mío" quien venga y
tome todo de ti, dejará algo a cambio, aunque crea que se está aprovechando de
tu inocencia.
Mucha gente Mexicana
aún habla de la invasión europea como lo peor que le pudo haber pasado a los
pueblos aztecas, mayas o quechuas. Se robaron todo y a cambio dejaron
destrucción y muerte. Sin embargo, más de las ciudades patrimonio de la
humanidad, son legado de esas invasiones. Ahora que veo la belleza de los
palacios del centro histórico esas hermosas catedrales o las ciudades
coloniales en Guanajuato, Zacatecas, Querétaro o Guatemala, entre lo mucho
perdido hay mucho de lo que se ha ganado. Porque nadie que venga a robarte o
pedir por interés te deja las manos vacías.
Me enojaba y
molestaba mucho cuando un amigo venía a verme cada que necesitaba que dibujara
algo para su escuela, yo a sabiendas que solo era utilizado, hacia el trabajo
de mala gana. Pero no me percataba de que en ese momento de necesidad, mi amigo
era cordial, me platicaba las nuevas de su vida y se enteraba un poco de la
mía. Porque nadie que venga a robar de ti, te dejara con las manos vacías.
Quien da una limosna
a un pobre necesitado se está dando así mismo consuelo del alma, se está
acariciando el ego de buenas obras. Quien el 14 de febrero regala flores y
chocolates a la novia, no está dando, se está otorgando así mismo una inversión
a largo plazo que puede ser fructífera o no. Nadie que venga solo a tomar no
deja algo a cambio, ni todo aquel que da se queda con las manos vacías.
Incluso en la
historia del sabio y el ratero hay un juego de pérdidas y ganancias
intrínsecas.
El sabio, lloraba
desconsolado, porque aún siendo extremadamente pobre, un ratero se había
llevado su manto y su cuenco, que era lo único que poseía. Quien lo vio
llorando se extrañó del desconsuelo del pobre sabio pensando "que
materialista es el pobre sabio" pero el lloraba porque aquel que le había
robado solo se llevó cosas materiales y él le hubiera ofrecido ese hermoso rayo
de luna que se colaba por lo agujeros de su choza. Aún en la pérdida, el ratero
le dejo al sabio un regalo, la desdicha de no haber podido dar más.
Todos, solo venían a
ese pequeño manantial a robarle sus aguas, pero gracias a eso, llenaron el
camino de flores al regar con sus baldes el agua que se derramaba al
transportarla.
Es difícil
comprender, porque la venda del egoísmo nos nubla la razón y siempre queremos
igualdad de conveniencias, queremos recibir en igual medida de lo que damos,
porque somos ciegos de las ramificaciones que tiene el dar todo por el todo. El
consumismo, el capitalismo y la competencia encarnizada por la apariencia y la
banalidad, nos han dotado de la creencia de la pertenencia y la sobrevaloración
de los objetos, ya que ese es nuestro principal objetivo de vida, acumular más
y más objetos y más y más placer, llenándonos al final de nuestros días solo de
basura que alguien más se repartirá. Ni tú oro, ni tú plata, son el camino de
volar al cielo, pesas mucho para poder alzar el vuelo.
Cuando aprendes a
ganar dando nunca hay pérdida.
En la Edad Media,
todo conocimiento era guardado herméticamente, era recelosamente escondido y
codificado a ojos de los infieles, por eso es que caímos en el estancamiento
del oscurantismo, en cuanto el conocimiento fu haciéndose más y más de dominio
popular el mundo comenzó a girar.
Pero si hasta en la
naturaleza es tan claro, todo está dispuesto para darse a raudales, la lluvia,
las flores, el sol, el mar, el viento, todo está dando constantemente al 100% y
a su vez está recibiendo, tal vez en mucha mayor proporción de lo que da.
Hay un compañero
suizo que asiste al mismo gimnasio y que
es además terapeuta, siempre se vanagloria de el bien que hace para el pueblo
colombiano, me cuenta historias de cómo salva niños del hambre, mujeres de violaciones
y pueblos enteros con donaciones altruistas, y es perfectamente válido, si esa
es su recompensa, bienvenida la ayuda, bienvenida la bienaventuranza. Si vas a
orfanatos solo porque en los periódicos hablen bien de ti, y salgas en las
fotos como una gran filántropo, bienvenida tu careta, aún así es un bien, aún
así alguien gana con tu sonrisa fingida, tu caricia de compromiso y tus
donaciones deducibles.
Dar nunca será una
pérdida. Si vienes por algo de mí, te daré todo y más, y no lo hago por
complacer tu ambición simplemente es que es mi naturaleza entregarme, ya algún
día tal vez cuando despiertes, te darás cuenta que todo lo que te llevaste me
dejo mucho más de lo que pensaste. No me dejaste con las manos vacías, me
regalaste las manos libres, para poder hacer con ellas mucho más.
Gracias a mi amiga
Gaby, que por su tiempo otorgado ayer en WhatsApp me dejo al material necesario
para esta reflexión.
armando_vega@icloud.com
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