miércoles, marzo 21, 2018

Enfermedades metales modernas


Vivimos dentro de un sistema que está fundamentado en el orden o la tendencia hacia el, cualquier factor que desequilibre ese orden es una anomalía, que puede ser adoptada como evolución del sistema o puede ser algo que debe ser erradicado por temor a que desestabilize lo que el orden había conseguido.

Leyendo el libro viaje al optimismo de Eduardo Punset me di cuenta que la ansiedad es la epidemia escondida dentro del sistema moderno, mucho más preocupante que la depresión o la soledad, que también son enfermedades del siglo XXI, pero la ansiedad es una enfermedad mental que funciona perfecto con el sistema moderno de competencia y consumismo vano y pueril. Claro que aquel que presente un grado más de ambición, un grado más de perfección en todo lo que haga y sea más exigente consigo mismo y con los demás, siempre pidiendo un poco de esfuerzo extra, un poco más de producción, es aquel que será bendecido por el éxito, que generalmente está acompañado de el beneficio económico, por lo cuál será un consumista óptimo, cerrando el círculo sistemático perfecto.

Entonces una enfermedad mental como la ansiedad que va en decremento de la integridad del ciudadano, pero en incremento de la producción y el consumo, no puede ser un problema, por lo cual no es preocupante y no se están tomando cartas en el asunto para poder paliar una epidemia que está creciendo exponencialmente.

Hace unos pocos días vi un viejo en muletas salir corriendo en cuanto las puertas del tranvía se abrieron, como alma que lleva el diablo y sin razón aparente, cruzo las calles sin la menor precaución, pasándose inclusive las luces rojas, todo con tal de llegar a la siguiente estación, donde todos los demás pasajeros también nos dirigíamos, pero a diferencia de este extraño sujeto,esperamos el semáforo y fuimos caminando prudentemente, para al llegar esperar 5 minutos por el siguiente tranvía, la única diferencia es que el viejo de las muletas manifestaba una alta ansiedad, ya tan arraigada a su forma de realidad,que se ha convertido en su forma de vivir.

Como en todas las formas de vida cuando uno de los sujetos que forman parte de un sistema no cumple su parte o es débil o está enfermo el conjunto se encarga de desecharlo, erradicarlo o destruirlo. Regresando a lo que inicie, el resultado de ser contra a un sistema que es funcional, aunque sus partes  sean o no sean sacrificables, es que la anomalía debe de ser erradicada. Cuando un humano se aparta de los lineamientos de lo establecido comienza una ardua tarea de reestructuración además de el enfrentamiento de  una sociedad que choca con el por todas partes, entonces ¿Quién es el que está equivocado? una sarta de locos que viven adaptados a su locura o un solitario ser que se a salido del juego que todos jugamos.

He ahí donde la naturaleza le da solución a las anomalías que no funcionan dentro de los patrones requeridos de la norma, estas personas al sentirse mal entendidas, inadaptadas comienzan a tener menos amistades y su vida social se ve fracturada, a tal punto que surge un problema, que es de las segundas epidemias de enfermedad mental de nuestro siglo la soledad. Otro de los estudios interesantes relatados en ese libro de Punset es que las personas solitarias y con menos amigos viven menos, esto gracias al registro de unas monjas que vivían en reclusión y unas que estaban en servicio activo en la comunidad, dando como resultado, que las personas que vivían en reclusión todas ellas murieron 10 o 15 años antes que las que estaban relacionadas socialmente.

Muchos otros artículos que circulan en las revistas de ciencia y actualidad relatan que la soledad como enfermedad psicológica mata más personas que muchas enfermedades patológicas.

La ansiedad conlleva a la depresión, porque el individuo siente que por más que se esfuerza no logra alcanzar el objetivo, que aunque realmente no sabe cuál es, pero que necesita con todas sus fuerzas.

Estas manías sociales poco a poco van apartando a los más recilientes, a aquellos que como en todo sistema estructural son inmunes a estos estímulos que dan sentido a la masa, son apartados para morir en soledad, tal cual eventos contrarios a el orden y equilibrio que el cardumen debe seguir. 

En mi experiencia, alejarse del sistema, porque este contamina y destruye que además poco a poco se cuela en las actitudes y formas de pensamiento básico, funciona en cierta medida, pero no es la solución adecuada, ni la más eficaz. Inmiscuirse en el sistema conservando la esencia personal,contagiando más que dejarse contagiar, dando más de lo que se obtiene, iluminando más de lo que se busca la iluminación, es más convergente, menos intrusivo y mucho más productivo.porque en un mundo de factores en desventaja, la mayoría tendrá siempre preferencia sobre la pequeña resistencia mínima.

Es un arduo trabajo indentificar nuestros vicios, manías y adicciones, mucho más trabajo salir de eso para ser más grandes que, lo que los los instintos  y el placer nos ofrecen como recompensa por ser animales.Pero el trabajo más grande, es que después de lograr vencer al egoísmo y al deseo personal aún así podamos ser útiles a los demás dormidos que se conforman con lo nimio, lo pueril y lo vano, nos libra de ser expulsados del sistema corrompido y discrepante,porque una vez que aprendemos a darnos con entusiasmo, no egoísta, ni vanagloriado, encontramos una felicidad intrínseca que fortalece no sólo la estima personal, si no todo el sistema inmune, otorgándonos menos soledad, alejándonos de las manías, la depresión, la ansiedad y por supuesto de ser borrado de la ecuación. 

  

armando_vega@icloud.com  

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