lunes, septiembre 05, 2022

Nunca mas, otra vez

 


Caminando en el malecón de torre vieja en España es increíble la cantidad de mujeres y jóvenes que ostentan la belleza física gratuita y fútil.

Aquí en España y principalmente en verano es notable el cuidado que las personas le dan a su físico, luciendo cuerpos con un trabajo muy disciplinado de nutrición y entrenamiento. ¿No se a donde ese cuidado tan meticuloso de sus cuerpos está dirigido? si es tan solo para saturar esa hoguera de las vanidades que son sus redes sociales o tan solo para completar ese periodo de apareamiento que al instinto animal le urge tanto.

Cuando era un adolescente con las hormonas a flor de piel, rogaba que me sucediera algo y fantaseaba con cualquier bella mujer que abordaba el transporte colectivo. Toda mi etapa de secundaria las más compleja de todas las etapas, creo yo, paso en blanco sin ninguna señal ni rescate para un muy desnutrido y pequeño jovencito en desarrollo. En ese momento en etapa de suma urgencia y con la autoestima por los suelos, era claro y seguro que le diría que si a cualquier propuesta, por descabellada que pareciera.

Yo que sufrí los peores bateos de la historia por aquellas niñas que por timidez jamás pude entablar ninguna conversación inteligente, ni mucho menos coherente, aunque mi verdadera fin fuera solo explorar su cuerpo y sentir unos labios que quisieran sentir los míos, más allá de buscar la compenetración humana.

Pero como todo en la vida, si te esfuerzas poniendo toda tu energía en ello, aún con las cartas malas en tu mano, las probabilidades pueden cambiar a tu favor.

Transformando mi cuerpo con paciencia disciplina y conocimiento aplicado y buscando los lugares adecuados donde esos dotes fueran altamente apreciados, ese tímido joven se convirtió en un objeto de deseo, abriéndome puertas a excesos, a los cuales una mente débil puede perder fácilmente.

Restaurantes de lujo, viajes por todas partes en aviones reservados y sobre todo una cantidad de relaciones sexuales más allá de lo que la normalidad indica.

Un cambio absoluto de 0 a 1000 en un segundo, era de irse a broncear a la playa y aceptar la invitación más conveniente para ir a comer a un suntuoso restaurante y muchos regalos que venían de todas partes. Entrar a una discoteca o bar y no tener que pagar nunca por un trago, ya que las bebidas venían solas.

Eran tantas las experiencias que se fueron acumulando con los años, que incluso pensé en escribir un libro donde contase todas y cada una de esas inverosímiles anécdotas.

Será que lo que me sucedió solo fue una deuda que el destino me debía o fue una forma de encontrarme en medio de todo lo que alguna vez deseé o tan solo fue para comprobar que tengo un espíritu más fuerte, que solo las ganas de sentir.

Cuando veo esa juventud en esa belleza a flor de piel, veo diferentes anhelos y deseos de los que yo tenia, veo una energía con tanto potencial pero con tan poco cerebro para ser aprovechado. Si yo que no fui agraciado naturalmente como ellos, obtuve de la vida dones y beneficios que en realidad nunca soñé que sucedieran y menos de esa forma tan excesiva, no imagino que sucederá en la vida de aquellos que son hermosos por naturaleza y además por ejercicio cuidado y disciplina.

Aún me sorprende que en mi madurez se depositen las miradas de deseo en mí persona, ya no entreno con fines de agradar a nadie, solo lo hago como un equilibrio físico e intelectual, tendiendo mucha disciplina en lo que leo y en lo que se refleja en el exterior, como un equilibrio, que muchos intelectuales no contemplan, por huevones y gordos resignados.

Tengo diez años que ya no tengo ninguna relación extra marital, deje de ser una máquina sexual que fue solo un objeto de uso y desuso, y la meditación, la filosofía y la autocrítica constante me hace acercarme cada día a la persona equilibrada que busco ser.

No soy monje ni célibe y es claro que al ver tan apetecibles caderas y senos turgentes, el instinto y el deseo animal enciendan mis hormonas, pero al saber que dentro de esos apetecibles cuerpos solo hay un ser humano adicto a sus pantallas “inteligentes” a alimentos procesados a música y libros estúpidos, es como los polos opuestos de los magnetos,  me causan una repulsión inmediata.

Aprecio la belleza en todas sus manifestaciones y más aún disfruto la belleza femenina, en estos días de playa veraniega que en España se muestra abiertamente y sin dejar nada a la imaginación, pero no creo que nunca más regrese a esos días de arrancar esas flores, porque una belleza sin equilibrio intelectual, para mí es vacío sin sabor y mucho menos, sin atractivo completo.

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