martes, octubre 04, 2022

Esa forma de encontrar la amistad

 


Hace mucho tiempo en mi afán de creer en la amistad, me di la vanagloriosa idea de afirmarla diciendo que uno no escoge a sus familiares pero que si puede escoger a sus amigos.

y aunque esa frase parecía cierta en esos momentos y circunstancias, ahora se pierde un poco en relación a como se da la amistad y los porqués de a quien hacemos nuestros amigos.

desgraciadamente estamos condenados tampoco a elegir a nuestras amistades tal cual estamos encadenados a los que fortuitamente son nuestros familiares, y me explico, a razón de que somos circunstanciales, es decir que no podemos escapar de lo que somos. nos rodeamos de gente que es exactamente la medida de nosotros mismos, es una cuestión animal, una cuestión cultural, son nuestras medidas y alcances personales, no nos queda otra opción que el de hacer amigos de aquellos de los que se rodean de nuestra posición social, nuestro nivel cultural y si eso existe, el nivel vibratorio que emanamos.

las amistades que encontramos nos reflejan absolutamente, por lo que, si consideramos que nos rodeamos de inútiles, idiotas, y gente banal y sin sentido, es porque es el reflejo de nosotros, es la proyección de lo que damos y recibimos a cambio.

pero es que es tan difícil aprender a amar, tan solo porque amar requiere renunciar al ego y el ego es el alimento de nuestra vanidad, y mientras la amistad este basada en favores hechos y favores a cobrar, estamos mas que jodidos en relación a la luz que pretendemos encontrar.

cuando vendía refrescos entre los autos para pagar mi preparatoria, el hijo del lugar al que me metía de manera ilegal a vender mi refrescante bebida, quiso en su afán de enorgullecer a su padre detenerme y decomisar mi mercancía, aclaro que ya en ese momento era campeón de karate y mi técnica y destreza ya era mas que suficiente para defenderme con soltura. así es que le advertí que si no me soltaba de la manera en que intentaba someterme, le respondería de manera agresiva y pues así fue, de tan mala suerte que cuando unos policías vieron lo que pasaba intentaron separarnos en el preciso momento que le lanzaba una patada a la cabeza de aquel junior envalentonado y claro la patada fue a parar a la cabeza del oficial. Así es que no solo me acusaba de vender bebidas en propiedad privada, ahora tenia la acusación del oficial por la agresión recibida, lo sorpréndete fue que el niño rico después de haberle roto el hocico  tuvo un acto de generosidad que ni mis llamados mejores amigos tuvo alguna vez y decidió dejarme ir sin presentar ninguna acusación a pesar de que ya le había roto el hocico de un cabezazo certero entre labio y nariz.

cuando todo ese percance paso, fui a buscar al junior y este al verme pensó que venia a cobrar venganza, pero era todo lo contrario, venia a expresarle mi agradecimiento y ofrecerle mi amistad por su buena acción. El caso es que al explicarle mi condición económica tan precaria y tan falta de apoyo en esos días, el chico contrariando los interese familiares me ofreció dejarme trabajar en su propiedad sin que nadie nunca me detuviera otra vez. su empatía y buen gesto creo por así decirlo una cofradía silenciosa que siempre que me veía de lejos solo bastaba con una mirada y sabia que todo estaba bien y podía trabajar con una preocupación menos.       

será que ese joven era una buena persona que se encontró con otra buena persona porque así me considero y la forma de entendernos fue mas allá de dichos o favores.

los grupos sociales en los que nos desenvolvemos nos definen y dan clara información de lo que somos, mucho mas de lo que decimos que somos o de lo que creemos ser.

 

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