viernes, agosto 12, 2016

El grano negro en el arroz


Nací dentro de un círculo social enfermo que funciona perfectamente adaptado por seres perdidos, solitarios y enfermos de amor.

Se les es normal buscar las comodidades que satisfagan sus deseos, trabajar duro para obtenerlos y con el transcurso del tiempo cambiarlos por nuevos productos más coloridos,actualizados y nuevos.

Se mira como algo prioritario establecer una familia, inculcarle tu religión, tus ideas tus miedos y tu necesidad de socializar dentro de un grupo particular que te pertenece.

Van juntos en masa a trabajar todos en un mismo horario, un mismo estrés, una misma marabunta enojada, realizando una tarea repetitiva, robótica, automatizada, soñando con días de asueto y bonos extra. Van juntos en masa  a las vacaciones y son necesarios para el robustecimiento de la economía, comen en manadas, se divierten igual, de las mismas maneras básicas, de los mismos ritmos circulares que los caracteriza.

Ven con seriedad los problemas políticos y económicos de su pueblo, pero no resuelven nunca nada, porque son apáticos, que sólo esperan recibir siempre de alguien algo.

Entre esos grupos" los marginales", los más pobres, que a su vez son los más ignorantes, los más religiosos, los más consumistas. De esos que venden su voto por tarjetas de  soriana, que se apropian de terrenos baldíos a razón de seguir a algún líder, que venden porquerías en el comercio ambulante, que no pagan impuestos, que se roban la luz, el agua y todo lo que puedan robar, y aún así viven en la miseria, pero por alguna razón insospechada por mi, tienen hijos como conejos, que después serán los reguetoneros y fieles adeptos de la iglesia o culto que esté de moda, extremadamente fanáticos de todo aquello que desprecian de los ricos, pero que siguen y anhelan como perros que corren desesperados tras los autos en movimiento.

Una sociedad policromática funcional dentro de su enfermedad y egoísmo, que me es ajena en todas las tonalidades que tenga, desde los ricos con sus caprichos estúpidos hasta los pobres con sus deseos mamados por la televisión.

 Todavía me preguntan ¿cuando te adaptas a ella? ¿cuando te incluyes en algún u otro grupo de estos locos perdidos? ¿Cuando serás de algún bando de izquierda o derecha?

¿Cuando te pronunciarás en pos de alguna causa de algún porque?

Y les respondo con mucha paciencia y atención como siempre, su normalidad, su forma de divertirse, de esforzarse, de buscar la felicidad no se acomoda dentro de los principios mentales que me caracterizan. Su pequeños anhelos y sueños se me hacen aburridos ,lentos, burdos, grises y no merecen que yo ponga energía de por medio.

A veces tengo ganas de ciertas cosas materiales como algunos vinos, restaurantes y países por conocer, a veces tengo ganas de contribuir con regalos o muestras de afecto mediante dinero y busco como poder llenar un poco las carencias de familiares y cercanos. El problema es cuando me miro y me veo haciendo cosas que no están dentro de mi verdadera esencia, que sólo son una fiebre y contagió de mi cercanía con ustedes, sus manías y su enfermedad, me siento traicionado a mi mismo y busco inmediatamente exorcizarme de ustedes, de sus pobres maneras de amar y ver la vida.

Estoy lejos, cada vez más de su normalidad, de su manera de entender la felicidad, la sociedad y sus juegos primates que se toman con tanta seriedad, no me incluyan por favor, no me compadezcan, ni me teman. No deseo nada de lo que ustedes posen o poseerán, no quiero fecundar sus mujeres, ni engrandecer mi placer o vanidad, yo no sirvo para enemigo, ni para contrincante, sólo soy un grano negro en el arroz que no es así porque lo eligió, sólo por alguna razón fortuita caí dentro de un grupo de primates que creen que la vida no está más allá de sus ombligo. Soy una anomalía feliz que sólo espera que termine esta mala película en la que todos participan de una manera tan locuaz y vehemente.  

No hay comentarios.: