Alejarte de mitos, ritos paganos, templos artificiales, santuarios, imágenes, iconos y demás parafernalia que obliga la religión organizada, es un acto de crítica he inteligencia aplicada a un pensamiento más puro.
Entre más conoces de filosofía, de ciencia, de literatura, de pensamientos de grandes mentes críticas y creativas, tu mismo no eres el mismo que comenzó en ese viaje de preguntas sin respuesta, pero con mucho entusiasmo de por medio por querer conocer que se esconde detrás de cada verdad o mentira que se nos a contado.
Cuando llegas a un tiempo de ser limpio de tu mente y conciencia, es cuando las respuestas más sencillas, las más simples, son las más cercanas a la verdad y esa verdad es la que te deja ver o atisbar un poco la grandeza que oculta lo microscópico a lo macroscopico y que aún sin entenderlo todo, sabes que formas parte de ello y ello forma parte de ti.
Hay quien cree que una mente lúcida, sin dioses falsos y Mesías de papel es una alma pérdida, pero muy al contrario, porque los dormidos, lo que sólo dedican su vida a buscar palabras de tal o cual dios ciego, sordo y mudo, fundamentadas en libros muertos de tiempo y de conceptos añejos, ellos si que son presos de conceptos mal entendidos, mal enfocados y muy mal vividos.
Descubrir a dios en cada cosa que existe requiere una mente libre de preceptos inocuos, una mente curiosa que se atreva a cuestionar su realidad y a encontrar en múltiples formas de entender su verdad, esa mente es la que puede ser realmente religiosa sin llegar a ser dogmática, fanática y cerrada.
La vida es un milagro en cada respirar que llena de ese gas mis pulmones, que por medio de una complicada química trasforma ese oxígeno en vida dentro de mi metabolismo diario, que después es transportado por mi sangre y nutre mi cerebro y mis ideas.
Quien es ciego de un proceso tan cotidiano y simple es mucho más ciego de entender cosas más altas. Quien no ve los intrincados vuelos de un pájaro, las corrientes de aire invisible que levantan su vuelo y los increíbles procesos bio mecánicos que suceden para tal portento, es insensible a cualquier otro milagro.
Por eso quien piense que por ser alejado de su Biblia y demás libros muertos soy un no creyente, piénselo dos veces, porque soy más religioso de lo que se imagina y de lo que nunca podrá serlo alguien tan obtuso en sus ideas.
Un verdadero religioso es aquel que estudiando la ciencia, la biología,la química, la sociología, las matemáticas, la física puede ver dentro de todo un código perfecto que trabaja en movimientos rítmicos precisos, puntuales y correctos,que nada tienen que ver con bondad o maldad, pero si mucho con una música divina, orquestada por la naturaleza en plena libertad creativa, evolutiva y sobre todo consciente de si misma.
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