jueves, octubre 29, 2015

Estamos a salvo. Dios te salve de mi Maria.

Te vi y en esos 15 segundos que duro tu recorrido las cosas pasaron muy lento afuera y muy rápido dentro. De pronto no tenías esa altivez que tienen los extraños cuando caminan con prisa. En esos 15 segundos, te vi en ropa íntima, bailando esa canción que tanto te gusta y sonriéndome entre los rayos de luz que se colaban por la cortina, te vi llorar porque no recordé la canción que me dedicaste en el momento del primer beso que te di, te vi cambiar tus gustos, tus hábitos, tus costumbres, hacerte una combinación de todo lo que amabas en mi y todo lo que aprendiste a amar por esas cosas de las relaciones personales. Te vi bajarte de mi auto enojada, aventando la puerta con furia y el maquillaje corrido maldiciendo tu suerte y haberme conocido. Te vi sin más chispa en la mirada y con un vació de calor para mi en tus manos, te vi abandonar toda esperanza puesta alguna vez en mi y sufrir por el tiempo perdido, llorar por lo no encontrado, por las heridas, los lamentos, él odio albergado. Te vi gris despidiéndote de mi, diciéndome que de alguna manera estaríamos en contacto, que sólo necesitábamos tiempo, que ¿porque no? podríamos llamarnos algún día, saber algo de nosotros tal vez algún día. Y te deje pasar en esos 15 segundos que tardaste en cruzar conmigo. Extraña, anónima, hermosa, aún feliz. cuando cruzaste la mirada conmigo la desvíe con donaire, casi con desprecio. y te salve de mis errores, de mis manías, de mis reclamos, de mis complejos. Y sonreí al verte alejarte, perdiéndote entre la mancha gris de la fría sociedad a salvó de mi, a salvó de ti.

No hay comentarios.: