lunes, enero 25, 2016

Cuando digo tu, quise decir yo



Decían que algún día un hombre arrepentido de haber matado a un niño le dijo a Gandhi que no sabía que hacer con su conciencia. Gandhi le dijo, que todo mal puede ser resarcido con un bien que lo supere. entonces adopta aún niño y haz de el algo mejor de lo que fuiste tu, y algo más grande de lo que podría haber sido el niño que asesinó.

También escuche y leí algunas noticias de que algunos dictadores y mercaderes de la muerte ya en su vejez se mostraban arrepentidos por los crímenes cometidos contra la humanidad y buscaban de alguna manera el perdón de sus víctimas y limpiar así su conciencia.

En sentido filosófico y biológico, el mal como entidad destructora del bien no es funcional en su cometido, ya que por cada cosa que su sugerida maldad destruye restituye al final en consecuencia.

En sentido social el mal ambicioso corrompe absolutamente y ennegrece la sociedad en su evolución conjunta ralentizando el curso de su empatía y trabajo de equipo con el fin de un bienestar común.

 Yo prefiero creer las tradiciones orientales milenarias y las nuevas teorías de la holografía universal que convergen en un punto, somos un conjunto de átomos que son el mismo en su punto más pequeño, como unidad, pero que en su comportamiento individual actúan como organismos independientes, tomando decisiones que benefician y perjudican a todos al mismo tiempo y por igual, es decir citando a Tagore "cada átomo que te pertenece me pertenece, cada átomo que me pertenece te pertenece" sufrimos todas las muertes, gozamos todas las vidas.  Cada bien que te haces me haces, cada mal que me haces te haces.

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