lunes, enero 11, 2016

¿Vale la pena realmente tanto sacrificio?

Me duele la espalda al despertar y ya es un evento común verme retozarme como gato en las mañanas. me duelen las rodillas, las inglés, mis articulaciones hacen crujidos extraños. Cuando hace frío ciertas zonas musculares se acalambran y mis manos están hinchadas de pegarle al costal.mis dedos chuecos y engarrotados. fracturas intramusculares por doquier,  contracturas en la mayor parte de mi espalda, nudos y tendonitis son el resultado de ser estéticamente como el culto al cuerpo consigna.

Mi dieta básicamente enfocada en el aprovechamiento de mis reservas grasas, llevando mi salud y metabolismo natural a extremos, donde la falta de grasa en mi cuerpo me da una pérdida de las funciones correctas de los anticuerpos en mi organismo, así como la disfunción hormonal por la falta de tejido graso necesario para el buen funcionamiento de mi sistema nervioso.

Entre lo peor, lo menos malo es que gracias a mi renuencia de tomar medicamentos nunca he usado drogas potenciadoras  que sumadas a los efectos secundarios de las deformaciones estéticas a las cuales he sido participe por años, no he tenido problemas que mis compañeros de entreno tienen, como la pérdida de pelo, atrofia testicular, cambios de humor ,acné o la muerte como muchos de mis buenos ex compañeros de gimnasio.

Aún así el precio por un cuerpo diferente al del promedio se pone en la balanza, es verdad que por mi profesión de muchos años era necesario cultivar el físico con ahínco, ya que era la herramienta principal y mi medio de sustento.  Pero ahora mismo que ya no es necesario llevar mi cuerpo a tales sacrificios metabólicos y físicos, la impronta que dejo marcada la apreciación y retribución social son grandes, en relación de la autoestima y la admiración egocéntrica. las miradas y la aprobación cultural que un físico estético da, no es equiparable a la apreciación intelectual, aunque la sorpresa que brinda estar en equilibrio de un físico proporcionado y una mente nutrida y lúcida no tiene parangón.

Aún así la costumbre o la inercia de continuar manteniendo un físico estético proporcionado y con un porcentaje de grasa reducido se mantiene aún como una prioridad de las actividades realizadas por su servidor.pero cada día con más dudas al respecto. Más aún viendo como está constituido el gremio en los gimnasios, donde la mayoría son personajes vacíos de contenido espiritual, ya ni se diga el intelectual. donde a falta de neuronas las remplazan por hormonas. Todos como robots usando las mismas ropas, los mismo tenis, los mismos audífonos, escuchando en sus reproductores y en el ambiente del gimnasio los mismos tamborazos. la misma fría y mezquina actitud de seres egocéntricos, faltos de respeto por si mismos y por su entorno.

Por eso mi actitud distante, fría, recelosa y antisocial con ellos. Se que estoy siendo parte de la locura por la deformación corporal y tortura generalizada, pero no por eso comparto su filosofía de vida, ni sus gustos básicos y mundanos.

Me miro desnudo al espejo y me agrada lo que veo, pero como buen vigorexico la deformación visual de lo que quiero ver como objetivo es inalcanzable, porque siempre faltará algo de aquí o sobrara algo de allá.

Con los años he dejado de valorar la opinión y mi necesidad de agradar a las monas sapiens, he dejado de sentir la necesidad de llamar la atención gracias a la comprensión de que son carencias afectivas lo que me hacia vestirme con el fin de resaltar el trabajo realizado en el Gym, comprendí que eso es mendicidad de atención buscando mendrugos de miradas y afecto.

En las mañanas cuando todos los dolores están magnificados y los achaques no sólo de la edad, si no la acumulación de desgaste físico en relación a mi necesidad de ejercitarme es cuando me preguntó ¿cual es el sentido de seguir manteniendo esta locura? ya cumplí todos mis objetivos banales que el mundo del espectáculo y el entretenimiento me brindo. Mi vanidad y ego fueron saciados, entonces¿vale la pena seguir mascullando mi cuerpo, machacando el físico? Se que una dieta libre de carne y productos procesados, da en sí misma un cuerpo saludable y libre de grasas dañinas. una rutina de ejercicios físicos orientales enfocados en la liberación y equilibrio de la fuerza, la energía y la meditación, dan un cuerpo fuerte, elástico y funcional.

Si, conozco los caminos más óptimos para una mediana edad muy saludable y longeva sin los característicos males de la sociedad consumista moderna, pero las adiciones a endorfinas y dopaminas que mi cuerpo produce al romper la homeostasis, creo son la clave para salir de una vez por todas de ese círculo vicioso de deformaciones  anatómicas socialmente aceptadas. He superado la adicción al afecto, mi reto siguiente es superar mi adición a las drogas naturales que mi cuerpo produce al ejercitarme. Muchos que me admiran por mi físico, disciplina y dedicación, sepan que no es una vida saludable, es una vida llena de dependencias y cuidados, una esclavitud aceptada a un cuerpo muy exigente y fácilmente desechable, causa y efecto de deformaciones de los sentimientos, la autoestima y las presiones sociales en relación al éxito y lo que este representa y desemboca. Seguir el camino es interesante y me dejo satisfacciones enormes y muchos sueños realizados, pero al final del día todas esas mujeres desaparecieron, todos esos placeres son humo y sólo quedan memorias vagas de lo que algún día fue la vida. sólo queda una adicción perenne, una nostalgia del pasado y muchos dolores articulares y ventriculares al despertar.   

 

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