domingo, mayo 29, 2022

Atrapados

 


El ser humano es un animal impedido, un topo ciego que se las a ingeniado  con la poca información que posee para tratar de entender su realidad circundante.

Cuando los sentimentaloides documentales de Disney de la vida animal, tratan de enseñarnos que los animales piensan como nosotros y que aprecian la realidad tan pobre y cutre como la apreciamos los pobres monos humanos, me da lástima, porqué no podemos sacar la cabeza del ombligo, y nuestro egoísmo y protagonismo es lo único que ese documental muestra.

Veía en un documental una cantante sorda que escuchaba con la piel, estaba tan adiestrada a esa nueva forma de recopilar información sonora mediante las vibraciones, que su rango de información es más amplio que el que nosotros podemos recibir, ya que nosotros solo recibimos e interpretamos mediante unos pequeños huesecillos dentro de oído internó, mientras que ella, tenía todo un órgano externo que recibía información en todo momento.

Cuando le decían, que lástima que no puedas escuchar tu maravillosa voz, ella respondía, no, que lástima que tú no puedas escuchar como escuchó mi propia música.

Por eso, cuando buscamos fuera lo que está sucediendo primeramente dentro de nosotros, es que vivimos engañados, atrapados en un círculo redundante de ignorancia, que hace todo lo posible por tratar de comprender su realidad, como cree que puede tratar de entender, ya que no tiene la sensibilidad para verla de otra forma.

Veía una película que trataba de ser filosófica o heroica, pero a mí me resultó bastante ridícula. La trama era sobre una mujer rescatista que cada día sube una montaña para encontrar la belleza de la soledad y vistas panorámicas con atardeceres de postal, y todo eso, con tal de superar la perdida de sus hijas que murieron por un accidente. Resulta que un idiota se quiere suicidar de la manera más estúpida, buscando a su amada muerta en medio de una tormenta de nieve, allá en las alturas de la montaña, y claro, la idea es que está mujer lo rescata, porque toda vida es valiosa, fin.

Ese es el meollo problemático del asunto, todo el drama vivido en esa tonta escenificación, es simplemente un conflicto internó, qué nada tiene que ver con su necesidad de encontrarlo en el exterior. Y, me resulta comprensible que la gente busque así sus respuestas más profundas, porque es la única forma que a aprendido. Todo el tiempo se le a bombardeado que somos lo que poseemos, lo que podemos demostrar, aquello que brilla, que es refulgente, cuándo, como decía el principito, lo esencial es invisible.

Cuando éramos monos en los árboles creímos que la felicidad estaba en aquella otra rama, en aquel otro bosque, cuando fuimos hombres de las cavernas creímos que la felicidad estaba en otras cuevas, después en otras  tierras y luego en otros continentes, levantamos monolitos de piedra para adorar dioses que nos dieran respuesta, miramos al cielo buscando las respuestas que no teníamos de los dioses inventados, inventamos el lenguaje hablado primero para comunicarnos, luego para diferenciarnos, y así separarnos por la diferencia de ideas y pensamientos, luego inventamos el lenguaje escrito y nos hicimos esclavos de ideas muertas de otros que buscaron con más ahínco que nosotros, y repetimos y repetimos esas palabras muertas, con el fin de que tuvieran por fin las respuestas, que tampoco estaban ahí.

Eso es el pobre humano, un huérfano de luz que busca interminable e irremediablemente respuestas en la oscuridad de su ignorancia, cuando lo único que necesitaba era guardar silencio y escuchar aquello que se está manifestando y hablando constantemente sin palabras, sin estridencias, sin su contaminada forma primitiva de querer entender.

 

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