miércoles, mayo 20, 2015

El tiempo pasa, pero no de igual manera para todos




Hace 17 años deje de estar al pendiente de un horario, de un jefe, de una rutina, de un tráfico automovilístico y las cosas transcurren sin prisa con calma. Cuando me alimento tomó mi tiempo, puedo estar en ese momento mucho más tiempo que la gente que me acompaña, porque ellos están entrenados para vivir de prisa.
El hombre con el implemento de un mundo industrializado empezó a seguir rutinas horarios, esquemas, pirámides de producción eficiencia y organización.
En el pasado la gente no sabía su edad, no celebraba cumpleaños, no tenían relojes. solo se median las lunas, las estaciones, porque sólo así sabías los ciclos de la agricultura, indispensable en todas las épocas para sembrar o cosechar.
Muchos de los héroes y míticos conquistadores lograron todas sus metas y conquistas mucho antes de cumplir 30 años que en tiempos remotos era la edad en la que ya te estabas retirando a descansar y vivir de lo que sembraste en conocimientos riquezas y vivencias.
El hecho de que la gente viviera sin horarios, sin años, sin límites, hacia que la gente viviera al máximo, sin ajustar su vida a un esquema futurista, ni planes de retiro. los grandes descubridores y músicos murieron jóvenes, pero lograron la culminación de su obra alrededor de sus 20 años.
Hoy en día los horarios, las rutinas son el cimiento de una vida visualizada en el retiro, visualizada en la pensión. porque para muchos ese es el momento en que tendrán tiempo para empezar realmente a vivir.
Mi vida está regulada por las ganas que tenga de vivir, por las ganas que tenga de crear; para mi el tiempo es aprovechado en cuanto logre crear algo y dedicar mi tiempo a esa creación. mi tiempo está valorado en cuanto pueda aprender algo y este aprendizaje construya mi pensamiento y lo hace mejor para discernir y criticar la vida.
La gente siempre me dice que no represento mi edad, pero yo no me considero lo que mis años dicen, yo me entiendo como un niño en desarrollo, que busca sorprenderse con las cosas simples y que busca en ese estado mental, vivir como un niño en el momento presente, con toda la intensidad de la vida y sin las preocupaciones de los crecidos adultos.
Cuando alcancé la iluminación ese día habré nacido, en ese momento empezaran a contar realmente los días, las horas y los segundos, hasta entonces seguiré siendo un dormido entre dormidos, con sueños más hermosos, porque así quiero que sean.






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