Estamos en una sociedad prejuiciosa y muy competitiva, una sociedad enfocada en la alta producción y el consumo exagerado, donde la eficiencia es la clave de que este monstruo civilizado se conduzca correctamente. Una sociedad donde el individuo es una pieza substituible, reemplazable fácilmente, donde se le prohíbe equivocarse y done no está permitido el error.
En esta sociedad que desde la escuela ya se criticaba y se burlaba cruelmente de aquel que no fuera asertivo, y donde se reforzaba positivamente siempre una respuesta correcta. ahí ya se formaba en el carácter infantil ese miedo al fracaso, ese miedo a la crítica, ese miedo a estar en medio siendo señalado.
Es muy difícil después de pertenecer a este ámbito de premios y reconocimientos durante tantos años, salirse de ese señalamiento social. entender que equivocarse es un proceso de aprendizaje, donde la meditación en el error nos hace mejores, no mejor que otro, simplemente mejores en nuestro desenvolvimiento y desarrollo de nuestras capacidades, que es una cosa muy distinta.
La presión de ser el número uno, la presión de ser siempre el mejor de hacer todo correcto, todo en orden como máquinas, acaba en paranoias y estrés que desemboca en enfermedades degenerativas y conductas que desembocan en la depresión o el abuso de sustancias farmacológicas.
No es el caso ser indisciplinado o complaciente. ser víctima del ahí se va o el como sea, porque eso también arruina, no sólo nuestra sana evolución, también a la sociedad como conjunto. La idea es hacer actividades acordes a nuestras virtudes a nuestras capacidades, de esa manera al hacer lo que estas diseñado para hacer, lo harás de manera natural y al fallar o equivocarte, sólo estarás entendiendo que estas más cerca de ser mejor para ti mismo y la correcta ejecución de tu tarea.
Si estas dentro del sistema robótico de actividades repetitivas, donde los errores cuestan la producción en masa y donde la uniformidad es la norma, deberías cuestionar ¿que es más importante? y como llegar a cumplir tus metas, sin dejar tu vida en algo que te demerita como ser humano.
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