Siempre me
pregunte ¿porque había gente con tantos títulos universitarios, doctorados y
demás maestrías, creyentes de temas muy
discutibles? como la religión o seudo ciencias alternativas. Como es que
estudiando en las universidades de más prestigio del mundo, economistas y
administradores empresariales, pueden ser tan rateros y bajos moralmente.
¿Cómo es
que se puede ser teólogo, filósofo y científico al mismo tiempo?
Así es que
descubrí que lo que tienen estas personas es un mal que no tomaron en cuenta y
es el ego que se apodera de sus vidas.
Están
enfermos como lo enfermos de gula o de avaricia como los acaudalados políticos.
Acumulan
títulos y conocimientos, como el loro que acumula palabras sin sentido. Entre
más demostraciones de sus conocimientos con títulos bonitos adornando sus casas o las paredes de
sus suntuosas oficinas, más están seguros de ser superiores, de ser mejores de
lo que su condición humana los doto.
El
conocimiento también es acumulativo y no sirve de nada si no se es crítico
primero con el ego.
Se decía
de un catedrático que mapeo el Amazonas que sabía de memoria cada recoveco y
cada claro, cada recodo, se decía que
este catedrático era el experto vivo más respetable del conocimiento de la
geografía del Amazonas; su único
problema era que nunca había estado ahí. Un problema similar de muchos
psiquiatras, médicos y demás científicos, creen saber todo de la mente y el
cuerpo, pero nunca han estado ahí.
Yo
renuncie a seguir estudiando psicología, porque no explicaba nada y tenía más
preguntas que respuestas. Genera un estado de seguridad en el paciente al creer
que un profesional de la materia le dará ayuda, pero sólo es un efecto placebo
que sus consejos y confort funcionan
igual que el de un lector de cartas de tarot, una bruja que lea su bola de
cristal o un horóscopo en el diario.
Para el
ego son reconfortante los títulos, las medallas honoríficas, los reconocimientos.
Para el vulgar ciudadano siempre una pared llena de certificados darán
constancia de que el que te curara es todo un erudito en su materia, esto le
dará seguridad.
Desgraciadamente
tantos títulos sólo nublan la visión de quien los posee y termina siendo
poseído por ellos, se llegan a creer que ya saben todo de todo y se vuelven
arrogantes. El verdadero conocimiento no es acumulativo, la inteligencia no es
posible ser pesada y medida y mucho
menos reflejada en papeles de colores. El conocimiento es variable y aplicable
a la ocasión. La sabiduría puede ser obtenida por un niño de 5 años o
descubierta por un anciano de 90. El entendimiento real de la naturaleza humana
o del entorno, se da con el compromiso y respeto por cada cosa viviente, por el
respeto de tu propia naturaleza y la aplicación de esta sabiduría en el bien
común.
Se dice que el sabio más
grande de todos los tiempos es aquel que sabe que no sabe nada, aquel que tiene
el valor de decir que es un ignorante de todo y que sabe casi nada, de casi
todo.
Se dice que Einstein dijo que
todos somos ignorantes, pero que no todos ignoramos las mismas cosas.
El día que le dije a una
doctor de Harvard con todas sus maestrías y títulos colgando que era un burdo
ignorante, se sintió ofendido y casi me mata con la mirada, con esa actitud le
dio valides y peso a mis palabras.
armando_vega@terra.com.mx
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