jueves, enero 01, 2015

la bioquímica de tus decisiones




La bioquímica y tu

La conducta humana se reduce a procesos bioquímicos que suceden dentro de los organismos. Las decisiones que tomamos diariamente son resultado de millones de años de evolución y son determinados por las decisiones, vidas y muertes de millones de años de antepasados, reflejados en la herencia genética.
Hay quien me ha debatido, diciéndome que el albedrío no solo es cuestión de bioquímicos, es también una cuestión ética y de educación es el medio ambiente y el ser humano interaccionando con este.
Resulta valido el postulado, pero las decisiones que saldrán en respuesta a ciertas conductas en momentos clave, casi siempre muestran una tendencia hacia conductas perfectamente estudiadas y casi siempre al pie de la letra.
Es una verdad que dentro de algunos años se podrán controlar miedos y fobias con medicamentos psiquiátricos, que se podrán controlar decisiones, profesiones, amores y desamores con simplemente tomar una pastilla.
El albedrio, la filosófica mente humana se reducirá a un medicamento, que tomara las riendas de tu vida, que te permitirá hablar en público con soltura, si es que eres tímido en extremo  que te permitirá enamorarte cada día de quien tu decidas, sea hombre, mujer o quimera y de igual manera te permitirá olvidar ese amor y no pasar por el duelo o el apego a situaciones que hoy mismo son causa del sufrimiento de miles de seres humanos.
Una pastilla que al ateo escéptico, lo haga arrodillarse por el sentimiento de una experiencia religiosa extrema y de igual manera al creyente más fanático lo hará tener un pensamiento crítico y libre de Dios.
El ser humano queda reducido a sustancias químicas, esto hace preguntarse ¿Dónde queda ahora la religión? ¿Dónde queda dios? ese que premia y castiga según la religión en turno ¿Dónde quedan las leyes? ¿Dónde queda la vocación? ¿Dónde queda el alma? si es que tal cosa existe.
Y qué tal si estos adelantos del conocimiento de la bioquímica ya son aplicables a la población indiscriminadamente y con un propósito específico.
¿Y si esa conducta de consumo y egoísmo extremo que se ve en los grandes conglomerados sociales es sembrada, es condicionada por sustancias químicas ya impuestas en nuestros alimentos?¿y si esa moda y auge de la homosexualidad es un mal controlado y diseñado?
¿Y si esa apatía de los jóvenes y esa aceptación de la corrupción en los gobiernos y las religiones es medicada, es controlada por ciertas y oscuras intenciones?
Quedan muchas cuestiones en el aire, después de estudiar y entender el gran papel que juega la bioquímica en nuestra vida y nuestras decisiones y de la aplicación y control que puede tener cualquiera que tenga el poder de aplicarlo, con las mejores o las peores intenciones.



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