La conducta humana se reduce a procesos bioquímicos que
suceden dentro de los organismos. Las decisiones que tomamos diariamente son
resultado de millones de años de evolución y son determinados por las
decisiones, vidas y muertes de millones de años de antepasados, reflejados en
la herencia genética.
Hay quien me ha debatido, diciéndome que el albedrío no solo
es cuestión de bioquímicos, es también una cuestión ética y de educación es el
medio ambiente y el ser humano interaccionando con este.
Resulta valido el postulado, pero las decisiones que saldrán
en respuesta a ciertas conductas en momentos clave, casi siempre muestran una
tendencia hacia conductas perfectamente estudiadas y casi siempre al pie de la
letra.
Es una verdad que dentro de algunos años se podrán controlar
miedos y fobias con medicamentos psiquiátricos, que se podrán controlar
decisiones, profesiones, amores y desamores con simplemente tomar una pastilla.
El albedrio, la filosófica mente humana se reducirá a un
medicamento, que tomara las riendas de tu vida, que te permitirá hablar en
público con soltura, si es que eres tímido en extremo que te permitirá enamorarte cada día de quien
tu decidas, sea hombre, mujer o quimera y de igual manera te permitirá olvidar
ese amor y no pasar por el duelo o el apego a situaciones que hoy mismo son
causa del sufrimiento de miles de seres humanos.
Una pastilla que al ateo escéptico, lo haga arrodillarse por
el sentimiento de una experiencia religiosa extrema y de igual manera al creyente
más fanático lo hará tener un pensamiento crítico y libre de Dios.
El ser humano queda reducido a sustancias químicas, esto hace
preguntarse ¿Dónde queda ahora la religión? ¿Dónde queda dios? ese que premia y
castiga según la religión en turno ¿Dónde quedan las leyes? ¿Dónde queda la
vocación? ¿Dónde queda el alma? si es que tal cosa existe.
Y qué tal si estos adelantos del conocimiento de la bioquímica
ya son aplicables a la población indiscriminadamente y con un propósito
específico.
¿Y si esa conducta de consumo y egoísmo extremo que se ve en
los grandes conglomerados sociales es sembrada, es condicionada por sustancias
químicas ya impuestas en nuestros alimentos?¿y si esa moda y auge de la
homosexualidad es un mal controlado y diseñado?
¿Y si esa apatía de los jóvenes y esa aceptación de la
corrupción en los gobiernos y las religiones es medicada, es controlada por
ciertas y oscuras intenciones?
Quedan muchas cuestiones en el aire, después de estudiar y
entender el gran papel que juega la bioquímica en nuestra vida y nuestras
decisiones y de la aplicación y control que puede tener cualquiera que tenga el
poder de aplicarlo, con las mejores o las peores intenciones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario