Una carta dedicada a mis amigos, que fueron pocos, pero espero que la lista se incremente y la pongo aquí para que mis futuros amigos la lean también.
Querido amigo que puedo decir, si tu amistad es el eco del amor que soy capaz de dar. Porque el amor es eso, un eco que se recibe en la misma cantidad que se otorga. Agradezco tus buenos deseos, tus palabras sabias en momentos míos de flaqueza. Sé, que puede contar contigo, así de la manera en que puedes contar conmigo. Sabes que si el frio de la noche nos agobia, partiré piadoso mis ropas, para ser dos los que suframos menos el frio o por lo menos en igualdad pasemos juntos tal pesadumbre. Sabes que en los momentos de alegría en los momentos sociales estaré para festejar tusa triunfos, también cargare a tus hijos y los respetare y aconsejare como si mis hijos fueran, buen amigo. Cuando la muerte visite nuestras vidas, por la partida de familiares o amigos cercanos, también permíteme estar ahí, porque sabré entender tu dolor oh viejo amigo y de igual manera solicitare tu hombro presto a apoyar mi cabeza, cuando el peso de las lágrimas la doblegue. Querido amigo, has sabido entender mis debilidades, mis carencias, mis flaquezas y muchas de las veces tu silencio cómplice o tu silencio acusador, fueron mis más letales castigos o mi más sabio entendimiento. En la vida, puedes medir tu estadía en esta, por cuantas vueltas da la tierra sobre su eje o por cuantos ciclos alrededor del sol completemos. Mi entendimiento mide la vida en relación a los amigos que conseguiste aquí, porque créeme viejo amigo, esas son de las cosas más difíciles de conseguir y perpetuar, así es que si yo conseguí un amigo en esta vida he completado un ciclo de amor que espero se repita constantemente, porque ay del hombre aquel que muere sin la felicidad de llamar a alguien amigo o poder contar por lo menos con alguno, porque aquel que murió sin amigos, para mi ese hombre no vivió, solo existió. Esta tarde conjuro a la sagrada palabra amigo para enaltecer el goce de saberla utilizable en mi léxico, muchas más veces de las que creí posible. Esta tarde como un conjuro o como un rezo, tal vez más como un mantra, enaltezco ese noble sentimiento de llamarte amigo y utilizo palabras sabias que aprendí hace muchos años, sabiendo que no podemos escoger a nuestros hermanos, pero si podemos escoger a nuestros amigos y tratando de practicar la sabiduría popular que reza “has de tus enemigos tus amigos y has de tus amigos tus hermanos” Así es que sin más que decir te dedico estas letras escritas desde muy dentro de mi alma y te reitero que soy tu amigo, estoy muy bendecido de que tú seas el mío.
armando_vega@terra.com.mx
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