Lo concepción humana de que existe una deidad es una constante desde que la humanidad tuvo la oportunidad de manifestar sus miedos, sus deseos y sus creencias, por medios gráficos en las cuevas o por medios culturales en sus ritos funerarios.
Dentro de nosotros, existen mas seres vivos de lo que actualmente habitan la superficie de la tierra o mas humanos vivos y muertos de los que han caminado alguna vez sobre la tierra. Somos universos andantes en si mismos y si hay una concepción de esas criaturas microscopias o tal vez la intuición de que pertenecen a un organismo mas grande, para ellas, nosotros seriamos la definición general de dios.
En nuestro cuerpo hay zonas tan parecidas a mares, zonas desérticas, grandes extensiones de bosques, montañas, acantilados y todo lo que asemeja un planeta. Funcionamos por procesos metabólicos que mantienen una temperatura regular, un flujo sanguíneo constante como los ríos del planeta y cuando las guerras se desatan en nuestros cuerpo por esos minúsculos organismos, sufrimos de enfermedades transitorias o muchas de las veces terribles como un cáncer o un infarto.
Podría ser que cada ser vivo posee un campo electromagnético y esas interacciones electromagnéticas nos dan la ilusión de pertenecer a algo mas grande, nos dan la sensación de que pertenecemos a un organismos superior o una gran energía inteligente que está relacionada con nosotros.
Cuando se hicieron experimentos al respecto, con manipulación magnética sobre ciertas regiones del cerebro, con el famoso llamado casco de dios, inmediatamente las personas manifestaron experiencias y sensaciones de un estado alterado de conciencia parecido al uso de drogas que crean experiencias místicas. La gente del experimento, manifestaba la sensación de flotar o de salir de su cuerpo, así como de presencias o guías espirituales que desprendían un especie de aura mágica, pero en cuanto el casco de dios se apagaba y sus magnetos conectados a una pequeña corriente eléctrica dejaba de fluir en su campo inducido, las experiencias terminaban.
Se sabe que hay un predeterminación genética para presentar ciertas características conductuales especificas y entre ellas esta el gen de la religiosidad, que al parecer tiene que ver con la cantidad de hierro en la sangre y como esto puede crear una mejor conducción de los campos electromagnéticos y por ende, una mayor recepción a esos estados alterados de conciencia. Es decir que dentro de un tiempo no muy lejano en el futuro, es posible que tengamos un interruptor de emociones dentro de una app en nuestro teléfono, y si queremos que aumente nuestro nivel de devoción y sentimiento de espiritualidad, solo bastara mover los parámetros de regulación del nivel de experiencia mística que queremos sentir o de poder eliminarlo de nuestra forma de pensamiento si así también lo deseamos.
También se sabe mediante mediciones precisas con sensores dispuestos para ese fin que las áreas de mayor religiosidad o que son santuarios de peregrinaje, curiosamente esta situadas sobre corrientes de agua o bajo grandes yacimientos de minerales que crean fluctuaciones en el campo electromagnético, mucho mas altas que en otros lugares del planeta.
Toda la explicación de dios ¿podría ser tan solo una anomalía magnética? Todo parece indicar que así es. Porque, ya no opinemos o critiquemos lógicamente las ideas mas locas de los humanos imaginativos que han creado toda una cantidad de dioses revistiéndolos de todos sus miedos y trasfondos culturales, y peor aun, cuando esos imaginarios dioses piden sacrificios de sangre o de invasión a pueblos que no comparten su locura divina o tienen una locura mística totalmente contraria.
Toda la lógica y literatura religiosa es absurda, estúpida y no tiene ninguna razón para ser tomada en cuenta a menos que esas historias fantasiosas le den sentido a una vida muy vacía y con muchas ganas de aferrase a algo, aunque sea solo por fe.
Ante las evidencias, parece mas probable que dios solo sea una manifestación de las fuerzas electromagnéticas que nos rodean y todo debido a nuestra propia evolución y los minerales que conforman nuestra estructura biológica.
Si con los años y el avance de la ciencia respecto a ese campo llegamos a una explicación mas racional de las experiencias místicas, y ya resuelto ese paradigma, lo mas seguro es que las religiones y sectas sigan proliferando, porque así, como la gente sigue tomando alcohol o consumiendo tabaco a pesar de saber lo nocivos que son, la gente preferirá seguir teniendo sensaciones y emociones, muy por encima de realidades y certezas.
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