domingo, diciembre 07, 2014

al final todo es nada


Ser osado, arriesgado es un peligro, claro está. La vida nos ha dado dos opciones, hacer rutinas o hacer descubrimientos.
Es más seguro hacer lo cotidiano, es más seguro tener la misma aburrida pareja, los mismo asustados y ñoños niños, la misma ruta de trabajo, el mismo horario, las mismas vacaciones, los mismos gustos musicales culturales y culinarios.
La naturaleza humana se protege así misma de una manera inteligente la rutina te asegura por probabilidad que mañana no correrás peligro y que mientras sigas esta línea de vida es más probable que perseveres.
Dicen que tener un espíritu aventurero o seguir tus sueños es muy arriesgado y peligroso, pero seguir una rutina, es mortal.
Se dice que un maestro nunca se establece, que un maestro siempre es cambiante, más que maestro digamos… un ser iluminado. Porque el ser iluminado necesita la sorpresa de cada día para aprender más de ella, necesita de lo desconocido, para probarse así mismo, para salir de un estado de confort en el que te sumerge lo ya visto, lo probado, lo rutinario.
La enseñanza de la vida para el iluminado se encuentra en la incertidumbre del mañana y el que vendrá.
La necesidad para el común ciudadano es vivir para trabajar y trabajar para vivir, trabajar mucho para hacer casi nada o muy poco de lo que el estereotipo de felicidad te vendió.
 Necesitas música que no sea complicada, literatura que no tenga embrollos argumentales, películas u obras de teatro básicas, que se resuelvan solas y que solo sirvan de entretenimiento y distracción.
Al final ¿de que sirve resolver dudas existenciales?¿ de que sirve cuestionar mi inteligencia y mi albedrio? Mejor una religión que da todo y exige poco, muy poco o casi nada.
La filosofía no da de comer, no resuelve nada y al final te deja en el mismo lugar de donde partiste, pero más perdido que encontrado.
Mejor un puesto en el gobierno o en el comercio que te dé para comer o si eres chingon te ponga en la cima de los demás pendejos aborregados, zombificados. Mejor navidades llenas de regalos y niños gordos llenos de ilusiones, bolsas llenas de dinero y un patrimonio que heredar.
De que chingados sirve saborear el presente, entender la divinidad en cada cosa de la creación, si no tienes una vieja bien buena, bien chichona o piernuda y una camionetota.
Imagino que un maestro te mirara con compasión, te mirara con tristeza, como quien mira a un loco que disfruta con sus propias locuras y manías. 
Por que él no necesitara una casa cuando se le obsequio un universo, que no necesita un auto, por que no hay ningún lugar muy lejano o muy cercano al que dirigirse, por que sabe que eres tan pobre, pero tan pobre, que solo tienes dinero, que tus latas y tus metales no te dejaran nunca alzar el vuelo.
Imagino que un común y cotidiano ciudadano le valdrá madres un iluminado, imagino que un iluminado te bendecirá con su amor, porque sabe que eres la parte de el, que aún está en crecimiento.
Y qué más da, el final, es el mismo para todos.

armando_vega@terra.com.mx


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