miércoles, diciembre 10, 2014

Pesimista, realista o desesperanzado.





Se podría decir que la naturaleza humana tiene sus aristas, se podría decir que es justificable cierto comportamiento en situaciones que muestran una personalidad egoísta, altruista o desinteresada. Se podría decir que la naturaleza humana en cierta medida tiene una tendencia al bien y que hay más esperanza de supervivencia, porque así lo demuestran los millones de años de evolución ininterrumpida, que en toda su maldad sus guerras el ser humano ha logrado prevalecer, sin más consecuencia que unas cuántas millones de muertes, no peores que las ocasionadas por epidemias o eventos desastrosos creados por la propia naturaleza.
Un matemático y estadista realizo un estudio que demuestra que los crímenes y muertes violentos han disminuido, que las cosas son mejores de lo que aparentan, que antes había crímenes impunes y que ahora la justicia se aplica mucho más que hace 1000 años o 300.
Seria de un pensamiento muy negativo, de un pensamiento muy pesimista el no darle oportunidad al ser humano de demostrar su valía. Pero, tras años de experimentos del comportamiento humano por estudios de universidades que analizan el verdadero trasfondo de la humanidad, realmente yo, no me fio de los humanos.
Siendo muy observador de comportamiento humano civilizado te das cuenta de que el ser humano es altamente egoísta, siendo muy observador y estudiando el lenguaje corporal y ciertas bases psicológicas del desenvolvimiento de la personalidad, te das cuenta de que el ser humano es mentiroso y manipulador, que busca prevalecer, trascender y tener el poder sobre otros, al precio que sea.
Tras analizar factores de comportamiento humano, me doy cuenta de que la gente ve sus acciones siempre como una inversión, no hay favor que no se cobre, ni acto de bondad que no tenga su precio oculto.
Una realidad es que la madre odia al hijo y los hijos odian a los padres que dentro de la mente deseamos el mal para las personas que decimos amar, no de forma consiente, son actos involuntarios de la mente humana, que crean un equilibrio de la psique, ya que con estos pensamientos liberamos estrés y odios encerrados de una manera natural. La gente en general te desea el mal, te desea la muerte más veces  de lo que te desea el bien. ya me lo decía un maestro de la universidad, siempre está el pensamiento fatalista de los seres queridos, como por ejemplo, cuando el hijo llega tarde, siempre la preocupación básica es que si no le habrá pasado algo, te llaman y te preguntan estas bien, esperando lo peor o cundo el niño juega es común escuchar decir a la madre ya deja eso que te vas a romper una pierna o la boca, dentro de esa preocupación esta un deseo oculto de que te pase algo o de perdis te mueras.
Si esto ocurre con las persona que más decimos amar que sucederá con aquellas personas que nos importan una mierda y que ni de nuestra familia son.
El rico odia al pobre, el pobre al rico, el inteligente al estúpido, la bonita a la fea y viceversa, así una cadena de odios por diferencias comunes, como el color de la piel, el idioma, las creencias religiosas, tu lugar de nacimiento, tu tendencia política e inclusive tu apatía.
 La sociedad lleva estas diferencias controladas, bajo una muy frágil civilidad, pero ante cualquier evento que de rienda suelta a sus más grandes odios escondidos este ser humano enmascarado, disfrazado de cordura y amor, te matara en cuanto tenga la oportunidad.
Lo único que detiene una serie de asesinatos en masa son las consecuencias que esto conlleva, pero jamás el amor o el pensamiento equilibrado.
¿Que tengo un pensamiento pesimista y oscuro de la humanidad? si, es posible, ¿Que mi visión esta ennegrecida, por que se dé muy buena fuente lo que se esconde detrás de su hipócrita sonrisa y teatralidad? si, no lo niego, pero es imposible verlos de otra manera. Son muchos los estudios que develan la careta que traemos puesta desde que somos sociedad. Difícilmente creeré una buena intención, una acción desinteresada, un abrazo honesto o un amor puro y real. Ya lo decía el dicho, nadie puede dar lo que no tiene, por que de lo que está lleno el corazón, la realidad lo muestra en forma de hechos innegables.

No conozco un solo ser humano que se ame, por lo tanto no hay un humano que sepa amar, no conozco un solo humano que profese una religión con su ejemplo, por lo cual no creo que ninguna religión muestre nada real y aplicable, no conozco un solo humano digno de ser seguido, enaltecido o ejemplificable. 

armando_vega@terra.com.mx

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