Cada tarde un pájaro
venÃa al porche de una casa y cantaba de una forma tan espectacular que poco a
poco la gente empezó a tener curiosidad por tan singular evento. Primero fueron
unas sillas y algunos espectadores, después
ya fue todo un pueblo el que querÃa escuchar tan majestuoso espectáculo,
natural y espontáneo.
Al terminar el
pájaro su canto el cual era ajeno a todos aquellos expectantes humanos este se
retiraba volando a seguir realizando su vida de manera natural. Hay quienes ya
pensaban en comercializar el canto del pájaro, hay quienes pensaban captúralo y
dentro de una jaula poder exhibirlo y cobrar dividendos por tal portento.
Muchos otros
conmovidos por la música que emanaba naturalmente de esa pequeña ave dejaban
ofrendas, construÃan santuarios, que el pajarito desdeñaba obviamente.
Como la sabidurÃa de
un cuento sufà expuso hace muchos años, el canto del pájaro no es un trabajo,
ni una dádiva, ni una vocación, el canta porque es su naturaleza, el canta
porque si no canta se muere y ya, punto no hay más misterio es lo que es, no
canta por ti ni, para ti, el solo es libre en su actuar y se expresa con ello.
Pero ¿Cómo parar la
ambición humana? alguien subió un video del pajarito singular a YouTube y de la
noche a la mañana el pájaro fue un fenómeno mediático, de pronto todos querÃan
tener un pájaro igual, lo que provocó que en poco tiempo dichas aves entrarán
en la lista de animales protegidos por causas de extinción, provocada otra vez
por los humanos como siempre. Algo parecido a lo que ocasionó la pelÃcula
buscando a Nemo y las consecuencias trágicas para la especie del pez payaso.
Lo complicado del
caso es que el pajarito solo cantaba en condiciones especiales en ciertos
climas y por diversas razones, razones que claramente no tenÃan que ver con su
cautiverio y o la explotación artÃstica.
Como todo lo
novedoso y mediático con el repetir de su rutina se vuelve a la par del tiempo
un espectáculo aburrido a ojos de voraces consumidores que siempre buscan lo
nuevo, lo que sorprenda, lo que de mejores trucos y entretenimiento.
Por
fin el pajarito fue libre de atención no buscada, ni pedida, cada tarde siguió
haciendo de su canto, su vivir,
como cada tarde, como lo hicieran sus ancestros muchas generaciones atrás de él
y como lo harán sus generaciones venideras.
Sin más que vender,
buscar o ambicionar que la expresión natural de su propia esencia.
Moraleja: todos
somos como el pájaro, tenemos un canto por expresar qué no busca ser oÃdo,
comerciado, encerrado, ni atendido pero que sale de nosotros sin que podamos
hacer nada por remediarlo o impedirlo, es nuestra obligación hacer de nuestro
canto personal la pasión de nuestra vida, y al encontrarlo, defenderlo y
expresarlo con todo el corazón.
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