El efecto placebo que ejercen las religiones hay que verlo
desde un punto de vista costo beneficio.
Me decía un amigo religioso que es mejor creer en dios que no
creer en él y en cierto punto estoy de acuerdo, lo que no estoy de acuerdo es
creer en mitos disfrazados y maquillados. Y lo que es peor y lo que ha creado
todas las guerras religiosas, la interpretación de estos cuentos fantásticos.
Con textos que son interpretativos, es muy difícil llegar a un
consenso, porque cada quien le dará sentido según sus intereses políticos o
personales. Y ahí ya la cosa se pone fea, porque la maldad innata del hombre, fundamentada
en su egocentrismo, siempre antepondrá su beneficio personal, en cuanto el
poder de hacerlo llegue a sus manos.
Mi amigo religioso también defendía y justificaba la
corrupción de su institución llamada iglesia, diciendo que toda institución al
ser tan grande necesita recursos y estos se salen del control de quien los
quiere o pretende administrar. Y si, así es, pero este nivel de corrupción
surge también en las familias y a nivel igualitario en los gobiernos, por lo
que una institución que cae en la codicia y corrupción igual que cualquier otra es explicable, lo que no es explicable,
ni ético, ni lógico, es que sea una organización fundamentada en una filosofía
y un mandato, que en su raíz y contexto fundamental no permite iglesias,
sacerdotes, posesiones y ritos.
Como abogado del diablo, mi amigo religioso está justificado
en textos que le dan salidas fáciles a hechos que no lo son. Si lo que crees está
sentado en medias verdades, al final estas fundamentando tu fe en mentiras y así
no es posible llegar a la verdad pura que es dios, que así lo afirman las
religiones.
El efecto placebo es un enigma, se te engaña para que creas
que algo que no existe te hace bien y por
increíble que parezca el cerebro que es una maquinaria increíble hace de ese
engaño una realidad, que te hace bien, que te cura, que te mejora. La religión
funciona igual, una serie de mitos que te mejoran como ser humano y que te curan,
que te hace mejor persona en función de la creencia que tengas de esto.
El consiente colectivo, que así llamaba el psicólogo Jung toma
la opinión generalizada de un dios ficticio inventado y lo convierte en una
realidad que puede ser observada y medible y que funciona en razón de la
energía que pongas en creer que exista, eso es increíble, pero a su vez muy
delicado, ya que aunque es verdad que en forma positiva esto ayuda a la gente
devota en la oración, también su contraparte negativa tiene un peso y un
sentido si se aplica en sentido inverso.
La brujería existe, la mala suerte, la buena suerte, el mal de
ojo, la clarividencia, el tarot en relación de que la gente crea que existen y
hay que se beneficiara y hay quien se perjudicara en relación a su fe o
creencia ciega del efecto placebo.
La filosofía y creencia de las religiones, como efecto placebo
en base a la creencia y energía que
pongas en ella es positivo, lo malo es que sigas a pie puntillas textos
interpretativos y de ahí formes tu personalidad y mueras por una verdad a
medias.
Si la oración, si la trasformación espiritual que te ofrece
dios es positiva entonces es bueno ser parte de cualquier culto, pero si la
manipulación y la coacción de un pensamiento político y corrupto te llevan a
ser parte de ese culto, que solo será en beneficio y goce de unos cuantos vivales,
entonces sería bueno que cuestiones tus creencias, que cuestiones a tus
sacerdotes, pastores que los critiques y porque no hasta los denuncies. Y que
al final tomes lo único bueno que hay dentro de la religión que es la energía
positiva que sale de seguir una filosofía moral, benéfica para todos como
sociedad siempre y cuando esta filosofía sea tan básica como: no hagas a otros
lo que no quieres que te hagan a ti, que decía Buda o como decía Jesús dale a
otros lo mismo que quisieras dar para ti mismo. Así de fácil, así de simple.
armando_vega@terra.com.mx
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